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2012

Carmela Aspíllaga: “La excelencia no se encuentra en las cosas sino en las personas”

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La ponencia se llevó a cabo en el marco de la Semana de Educación: "Elige Educar".

Por Javier Paico. 15 noviembre, 2012.

(Piura).- “Un motivo para el cambio: la excelencia” fue el título de la conferencia que ofreció ayer la doctora Carmela Aspillaga, profesora de la Universidad de Piura y directora del colegio Montealto de Lima, en el marco de las actividades que se desarrollan por la semana de la Facultad de Ciencias de la Educación de esta Casa de Estudios, del 13 al 16 de noviembre, y cuyo lema es “Elige educar”.

Durante su exposición, que tuvo lugar en el Centro de Producción Audiovisual (CPA), la Dra. Aspíllaga explicó que el cambio que interesa es el que nos lleva a ser mejores personas en la medida en que desarrollamos nuestras capacidades, solo así alcanzaremos la excelencia que no se encuentra en las cosas sino en las personas. “No es un estado de alguien sino una situación dinámica, derivada de una constante superación”, añadió.

Asimismo, indicó que la excelencia no está en las cosas grandes, sino en un cúmulo de cosas pequeñas. Se trata, entonces, de aumentar la calidad de nuestras acciones de cada día y su resultado en un porcentaje continuo, esforzándonos por vivir en un ambiente de respeto mutuo, cortesía, espíritu de servicio, etc. “Esfuerzo significa exigirme a mí mismo en algo. Cuando voy superándome, eso es exigencia en la excelencia”, subrayó.

Por otro lado, la especialista agregó que para vencer las dificultades es necesario la actividad del ánimo, “que no ve las dificultades como una barrera, sino como situaciones para resolver, como un reto”, dijo. En ese sentido, quien alcanza metas mediocres, debe buscar el problema dentro de sí, porque las dificultades no suelen estar en el entorno, sino en nosotros mismos. “Es más un asunto de voluntad que de inteligencia querer ir más allá”, detalló.

Finalmente, la Dra. Aspíllaga dijo que es errónea la idea de que la excelencia se consigue a costa de la propia felicidad. “No es verdad que la persona exigente sea infeliz, la felicidad es consecuencia de que nuestras acciones hayan cumplido su finalidad natural. En ese aspecto, la excelencia está unida al esfuerzo y al deber, porque en la vida hay que hacer cosas que no nos gustan, pero hay que hacerlas. Esta es la perspectiva que necesita la sociedad”, afirmó.

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