La tarea de gobernar no limita a sola provisión de recursos o servicios a cargo de órganos competentes, sino por la capacidad de representación real en el territorio. Los problemas surgidos por el comportamiento de algunas presidencias regionales, el rechazo a determinados tipos de inversión y proyectos de desarrollo, revocatorias, son calificados como amenazas a […]

Por Carlos Hakansson. 11 enero, 2012.

La tarea de gobernar no limita a sola provisión de recursos o servicios a cargo de órganos competentes, sino por la capacidad de representación real en el territorio. Los problemas surgidos por el comportamiento de algunas presidencias regionales, el rechazo a determinados tipos de inversión y proyectos de desarrollo, revocatorias, son calificados como amenazas a la gobernabilidad. Sin embargo, no debemos olvidar que dicho concepto sólo alude a un atributo del sistema político, concretamente de su resultado operativo, pero no define su estilo de gobernar.

La gobernanza es un concepto europeo, surgido a partir del año 2001. Se trata de un estilo de gobernar en democracia basado en la horizontalidad y el acuerdo. En pocas líneas, se trata de incluir a los gobiernos regionales, locales y la sociedad civil en la construcción de la comunidad política; por eso es considerado como un nuevo arte de gobernar que tiene, como principal instrumento de gobierno, la gestión de las interdependencias entre los diferentes actores.

El objeto de la gobernanza es la capacidad de organización y de acción de la sociedad en un marco territorial; como mencionamos, se sirve de la gestión de diferentes redes y su finalidad no es otra que el desarrollo humano.

Como modo objetivo de gobernar, se rige por las siguientes características: (1) La construcción compartida del interés general; por tanto, no es el producto de la interpretación de la realidad que sólo puedan hacer el gobierno, los parlamentarios electos (con otros grupos de poder), sino una construcción armónica que esté liderada por los representantes políticos de la ciudadanía. (2) La vertebración colaborativa. Se trata de las relaciones entre diferentes actores para encarar procesos de decisión y desarrollar, con estrategia, complejos proyectos de desarrollo mediante la colaboración interinstitucional (pública, asociativa, privada y ciudadana). (3) La revalorización de la política, dado que la gobernanza no implica menos gobierno, sino uno capaz de ejercer liderazgo en sociedades complejas.

De lo que se trata con la gobernanza no es de “atropellar” a la sociedad y sus ciudadanos porque se ganaron las elecciones en un proceso democrático sin cuestionamientos, y que se tiene mayoría parlamentaria para aprobar las leyes que correspondan, sino de armonizar los intereses de los representantes de la ciudadanía con el deseo de alcanzar el bien común.  No olvidemos que la democracia es el gobierno de la mayoría que respeta a las minorías.

Docente.

Facultad de Derecho.

Universidad de Piura.

Artículo publicado en el diario Correo (Piura), miércoles 11 de enero de 2012.

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