30

May

2012

Por Karent Urízar González

Por Karent Urízar González. 30 mayo, 2012.

Hay veces que necesitamos explicar o definir algo con palabras opuestas y, aparentemente, entramos en una contradicción: por ejemplo, cuando escuchamos canciones con el tema del amor, encontramos una serie de argumentos opuestos que no están tan lejos de la realidad. Maná empieza una canción diciendo: “Tienes todos los espacios inundados de tu ausencia…”. ¿Qué va a inundar algo que no está presente? Hace cuatro siglos decía Quevedo del amor: “Es hielo abrasador, es fuego helado,/es herida que duele y no se siente,/es un soñado bien, un mal presente,/es un breve descanso muy cansado…”; su contemporáneo Lope de Vega prefirió definirlo como “humilde vencedor, niño gigante,/cobarde matador, firme inconstante,/traidor leal, rendido victorioso…”.

Este recurso corresponde a la figura literaria llamada oxímoron, que consiste en formar un concepto nuevo, con sentido metafórico, a partir de la combinación de palabras con nociones de significado opuesto: “instante eterno”, “vista ciega”, “secreto a voces”…. La misma palabra “oxímoron” es un ejemplo de esto, ya que proviene del griego oxýs (“agudo, punzante, perspicaz”) y morós (“romo, tonto”), o sea “agudamente tonto”.

Su uso es generalmente retórico y fue usado especialmente en la poesía mística, como lo hizo San Juan de la Cruz en su poema “Vivo sin vivir en mí”: “El más flaco será fuerte. / Oh vida de nuestra muerte”. Existen también formas del oxímoron en la lengua, de forma que se crea el efecto estilístico de la ironía: “Comieron una comida eterna, sin principio ni fin…” escribe también Quevedo, en una ingeniosa ironía (da a entender que “no comieron nada”).

Actualmente, algunos oxímoros han pasado a ser de uso común. Se escuchan a diario, por ejemplo, referidos a personas, que tienen una “belleza grotesca”, son “barbilampiñas”, sufren “ceguera parcial” o -mi favorita- tienen una “frondosa calva”. Referidas a las comidas: yo tomo “café descafeinado” y como “chocolate blanco” con “conservantes naturales”, en fin, no como “comida basura”, etc. En la publicidad: la cuota es “inmensamente pequeña”, aquí puedes “ahorrar comprando”, formar tu “sociedad unipersonal”, este banco es una “apuesta segura”. También hay términos empresariales negativos, como el que sufre un “cambio” –o “variabilidad”- “constante”, un “crecimiento negativo”, un “caos controlado”, etc.

En fin, estimado lector: dé su “opinión objetiva” y su “versión definitiva”, ¿podemos o no usar los oxímoros cotidianamente?

Docente.

Facultad de Humanidades.

Universidad de Piura.

Artículo publicado en el diario Correo (Piura), domingo 27 de mayo  de 2012.

 

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