26

Jul

2012

“Tengo el orgullo de ser peruano y soy feliz…”

En estos días en que celebramos las Fiestas Patrias, nuestra bandera roja y blanca flamea en distintos puntos de la ciudad y muchas personas llevan en el pecho una pequeña escarapela de tela o de metal. Asimismo, en diversos actos solemnes programados con ocasión del 28 de Julio se ha previsto el canto del Himno […]

Por Susana Mosquera Monelos. 26 julio, 2012.

En estos días en que celebramos las Fiestas Patrias, nuestra bandera roja y blanca flamea en distintos puntos de la ciudad y muchas personas llevan en el pecho una pequeña escarapela de tela o de metal. Asimismo, en diversos actos solemnes programados con ocasión del 28 de Julio se ha previsto el canto del Himno Nacional. Pero esto no solo sucede en una fecha tan conmemorativa, sino también cuando rendimos homenaje a personajes ilustres o recordamos algún hecho histórico, en la formación del día lunes en los colegios, en encuentros deportivos, y, en general, en los actos oficiales y públicos se suele izar nuestra Bandera o se nos invita a ponernos de pie para entonar el Himno Nacional del Perú.

Es natural, pues, que tengamos una consideración especial y un gran respeto a nuestros símbolos patrios. Por medio de ellos nos identificamos como peruanos y precisamos de dónde somos. Según el artículo 49 de la Constitución Política del Perú, son símbolos de la Patria establecidos por ley: la Bandera, el Escudo y el Himno Nacional. La escarapela no es un símbolo oficial, pero se suele llevar como un “distintivo” de las Fiestas Patrias.

Creemos que la fecha es propicia para añadir al valor histórico y cívico de estos emblemas, el valor lingüístico que también poseen. Un símbolo (del latín simbŏlum) es la ‘representación sensorialmente perceptible de una realidad, en virtud de rasgos que se asocian con esta por una convención socialmente aceptada’ (DRAE, 2001). Así, con la Bandera del Perú, máximo símbolo de la Patria, distinguimos nuestro país de los demás. Con su diseño, de tres franjas verticales con los colores rojo, blanco y rojo, queda reflejada nuestra alma colectiva. La palabra “bandera” proviene del término “banda” y hace referencia a la ‘tela de forma comúnmente rectangular, que se asegura por uno de sus lados a un asta o a una driza (‘cuerda’) y se emplea como enseña o señal de una nación, una ciudad o una institución’ (DRAE, 2001). También puede adoptar las formas cuadrada, corneta (terminada en dos puntas y con un corte angular en medio de ellas) y gallardete (‘tira o faja que acaba en punta y se usa como insignia, aviso o señal’).

Existen diversos tipos de banderas. Entre las más conocidas, tenemos: la “Bandera de Guerra”, emblema nacional de modelo único que lleva en el centro el Escudo Nacional y se entrega a las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional para ceremonias, paradas militares, desfiles, etc.; el “Pabellón Nacional”, formado por la Bandera y el “Escudo de Armas”, se suele izar en las instalaciones del Ejército, la Aviación, la Marina y la Policía Nacional; el “estandarte”, es portátil y más pequeño que el pabellón, lo usan instituciones civiles y centros educativos. Asimismo, hay banderas para identificar regiones, provincias, comunidades, municipios, etc., organismos internacionales y entidades privadas (clubes deportivos, fundaciones, asociaciones, cofradías, etc.). Estos y otros aspectos relacionados con las banderas, los estudia la disciplina llamada “vexilología” (del latínvexillum, ‘estandarte’, y -logía, ‘tratado’).

Otro símbolo de nuestra patria es el Escudo Nacional, en él se representa la soberanía del Estado peruano. Al igual que la bandera, se estableció definitivamente el 25 de febrero de 1825, en ley promulgada por Simón Bolívar. Presenta dos sectores en la parte superior: a la izquierda aparece una vicuña sobre un fondo azul celeste y a la derecha, el árbol de la quina o “cascarilla” sobre un fondo blanco. Precisamente, la quina tuvo un protagonismo especial en los tiempos de la Independencia al salvar a gran parte del ejército de San Martín de la fiebre amarilla y otras enfermedades que lo diezmaban. Debemos estar orgullosos de este árbol, hoy en peligro de extinción, que ha encontrado su refugio en los bosques de nuestra sierra piurana. Debajo de los dos sectores descritos, sobre un fondo rojo, aparece derramando monedas una “cornucopia” o ‘vaso en forma de cuerno que representa la abundancia’. Con estas figuras se quiere mostrar los tres reinos naturales: animal, vegetal y mineral. El escudo lleva por timbre (o insignia) una corona cívica de encinas y a cada lado un estandarte y una bandera. Una variante del Escudo Nacional es el “Escudo de Armas” que aparece en el “Pabellón Nacional”, así como en el anverso de las monedas y en el reverso de los billetes de Nuevos Soles. Se diferencia del Escudo Nacional porque en vez de estandartes y banderas, lo rodean una rama de laurel y otra de olivo, símbolos de la victoria y la gloria.

El Himno Nacional o Marcha Nacional del Perú también es un símbolo patrio que fue reconocido por ley el 15 de abril de 1822. Es una composición musical emblemática que nos identifica y une cada vez que lo interpretamos, pues pone de manifiesto nuestra peruanidad. A través de sus seis estrofas originales se intentó perennizar la gesta libertaria de 1821. Como sabemos, en la actualidad solo se canta la primera de ellas.

Tras este breve repaso del valor lingüístico, y también histórico, de nuestros símbolos patrios, les deseamos a todos un feliz 28 y los animamos a demostrar con civismo el “orgullo de ser peruanos y de haber nacido en esta hermosa tierra del Sol…”. ¡Viva el Perú!

Docente.

Facultad de Ciencias de la Educación.

Universidad de Piura.

Artículo publicado en el blog Castellano Actual, diario Perú21, miércoles 25 de julio de 2012.

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