Bajo los lemas “Un solo Señor, una sola fe” y ‘Con la Mechita adoremos a su Hijo, Jesús Eucaristía’ el arzobispo de Piura y Tumbes, Mons. José Antonio Eguren,  convocó a celebrar la fiesta del Corpus Christi, el domingo 2. Después de la Misa, en el frontis de la catedral, la procesión marchó hacia el […]

Por Elena Belletich. 17 junio, 2013.

Bajo los lemas “Un solo Señor, una sola fe” y ‘Con la Mechita adoremos a su Hijo, Jesús Eucaristía’ el arzobispo de Piura y Tumbes, Mons. José Antonio Eguren,  convocó a celebrar la fiesta del Corpus Christi, el domingo 2. Después de la Misa, en el frontis de la catedral, la procesión marchó hacia el Santísimo Sacramento. Varias parroquias de Piura vienen celebrando esta fiesta; como la del Santísimo Sacramento que lo hizo el sábado 8. Los universitarios también lo hicieron.

En la Universidad de Piura, el espectáculo también fue impresionante. Cientos y cientos de jóvenes; adultos y niños, amigos de la UDEP estaban allí. Un sinnúmero de velas de distintos colores iluminaban la oscuridad del bosque y amplificaban la grandiosidad del campus verde. Los cánticos completaban la escena grandiosa de alabanza.

El  capellán mayor, P. Ricardo González, convocó a la comunidad universitaria que de inmediato se organizó para preparar la fiesta del Cristo vivo, con una procesión por el campus y Misa en la Ermita, realizadas el jueves 6. Todo por el Año de la fe, proclamado por el papa Benedicto XVI en octubre pasado, y que concluirá el Papa Francisco en noviembre próximo, en la solemnidad de Cristo Rey, señala el P. González. Indica: “Creemos que  la Eucaristía está en el centro de la fe de la iglesia; y que la Iglesia vive de la Eucaristía, como escribió el beato Juan Pablo II”.

¡Todas a una!

Los diversos centros y programas académicos de la Universidad no dudaron en organizarse: comenzaron los ensayos para los cánticos que ofrecerían en el recorrido y el Coro Universitario también se preparaba para animar la Misa y acompañar la procesión por las ‘calles de la UDEP’. Los diversos comités organizadores se encargaron de diseñar y realizar las alfombras de flores; las velas que alumbrarían el camino; las pancartas, ¡en fin!  Todo ello, sin descuidar las actividades académicas y lo que ellas implican.

Además, el 5 y 6 hubo sacerdotes y confesionarios disponibles no solo en los oratorios sino también en las distintas facultades. La afluencia de los jóvenes para acudir al sacramento de la penitencia, fue asombrosa; y persistía, aún durante la celebración de la Misa.

 ‘La procesión va por dentro’

Durante la homilía el capellán mayor expresó que la procesión sería una manifestación de fe de toda la comunidad universitaria “y -a la vez- un estímulo para que la fe de cada uno crezca: la vida de fe de los alumnos, profesores, administrativos, y de  todo el personal que trabaja en el campus. De muchas maneras diremos hoy: Señor, yo creo, yo creo que estás aquí, en ese pan consagrado”.

Alentó a los cientos de asistentes a adorar al Corpus Christi. “Es Cristo que pasa, como decía San Josemaría, fundador de la universidad. ¡Es Cristo que pasará por esas alfombras y por esos altares! Y nos mirará, y escuchará”.

Utilizó la expresión popular “la procesión va por dentro”, en un sentido distinto al tradicional y señaló. “el paso de Jesucristo por nuestras vidas, empieza dentro de cada uno, cuando le preparamos el lugar por donde Él más quiere pasar: por nuestros corazones, por nuestras almas y por nuestros cuerpos…. Hemos de recibir al Señor, en la Eucaristía, como a los grandes de la tierra, ¡mejor!: con adornos, luces, trajes nuevos… —Y si me preguntas qué limpieza, qué adornos y qué luces has de tener, te contestaré: limpieza en tus sentidos, uno por uno; adorno en tus potencias, una por una; luz en toda tu alma”. Más adelante exclamó: “Sí: las alfombras, los adornos, las luces, los altares, los cantos, los trajes nuevos (esos típicos de distintos lugares, que se ven), que habrá en el recorrido de la procesión, queremos ponerlos antes en el alma y en la vida de cada uno… En este sentido, la procesión puede prolongarse hasta mañana o a los próximos días, si el paso de Jesús por el campus mueve a alguno más a ir al sacramento del perdón, de la alegría: el Señor nos espera  a cada uno.: ¡el Señor te sigue esperando a ti!
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