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Feb

2014

Sibayo: recuperación del patrimonio, turismo y desarrollo local

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Desde 1997 el gobierno español, a través de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el desarrollo (AECID),  ha llevado a cabo un proyecto integral de recuperación del patrimonio en el valle del Colca, con el que se ha fortalecido la participación ciudadana y de los municipios; y  se han mejorado las infraestructuras y servicios […]

Por Diana Aguirre Manrique. 18 febrero, 2014.

Desde 1997 el gobierno español, a través de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el desarrollo (AECID),  ha llevado a cabo un proyecto integral de recuperación del patrimonio en el valle del Colca, con el que se ha fortalecido la participación ciudadana y de los municipios; y  se han mejorado las infraestructuras y servicios de atención a los visitantes.

En Sibayo, distrito de la provincia de Caylloma- Arequipa, la AECID ha desarrollado el proyecto para “Fortalecer el desarrollo del Turismo Rural Comunitario en el Perú como un instrumento de lucha contra la pobreza,  a través de una política nacional promotora de la participación de las comunidades rurales, la formación de recursos humanos y la acción promotora de los gobiernos regionales y/o locales”. Gracias a esta iniciativa, muchos pobladores –dedicados exclusivamente a la crianza de alpaca– regresaron a las casitas antiguas de piedra, para capacitarse en diversos cursos que les han permitido potenciar el turismo rural comunitario y tener otra alternativa de ingresos económicos.

El Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur), aliado estratégico de la cooperación española, sigue trabajando en el fortalecimiento de la planta turística y la participación local en estos proyectos. Así, se asegura una afluencia continua de visitantes locales, nacionales e internacionales, que permita a los moradores mantener las actividades de turismo vivencial para los que han sido capacitados.

Con el proyecto, las mujeres, principalmente, han mejorado sus ingresos ofreciendo servicios turísticos de calidad, en coordinación con diversos agentes. Entre los principales atractivos está la recepción con “Chaskis”, que esperan a los visitantes en la entrada del pueblo y retornan a paso de trote para anunciar su llegada. La visita a Sibayo comprende alojamiento en casas rústicas (con cocinas mejoradas y termas solares), caminatas con llamas, canotaje en el río Colca, pesca artesanal, visita al centro artesanal y gastronomía típica.

Sibayo Rumillacta o pueblo de piedra

En enero, tuve la oportunidad de conocer Sibayo. Quedé gratamente sorprendida de la experiencia y los resultados palpables del proyecto ejecutado. Este distrito, ubicado entre  los 3847 y los 4300m.n.s.m  conserva una parte antigua (Rumillacta), que  nos regala un bello paisaje de casitas prehispánicas y de amables pobladores quechuas que tejen día a día su tradición en la fina fibra de alpaca.

Ríos, manantiales y  puquiales surgen gracias las abundantes lluvias que se producen en la zona.  Los pobladores  cultivan papas saladas, maca, cañigua, quinua, kiwicha, etc. que son la base de su alimentación; y la complementan con las deliciosas truchas y la exquisita carne de alpaca.

Criadores de alpacas

Estos auquénidos de Arequipa constituyen el 12% de la producción nacional, es por eso destacable la labor de los comuneros de Sibayo,  por continuar la tradición de crianza de alpaca. En la actualidad, se viene impulsando la producción con mejoras tecnológicas para mejorar los ingresos para las familias. Las principales variedades de alpaca en el Perú son La Huacaya y la Suri. Esta última, en vías de extinción, representa solo el 15% del total de alpacas. La gran ventaja de la fibra en ambas variedades es que no necesitan teñirse; sus colores son naturales. Gran parte de los  criadores viven en las estancias alpaqueras, ubicadas en las montañas, donde los pastores deben cuidar con esmero su rebaño, de hasta 200 alpacas,  del acecho de los zorros y cóndores.

Tejidos e iconografía pallay

La mayoría de hombres y mujeres usan sus trajes tradicionales, por eso la tradición textil se mantiene. Este arte, de origen prehispánico, ha desarrollado usos, técnicas y productos que lo distinguen del resto de los poblados del valle del Colca. En los últimos años, se ha impulsado e innovado gracias al esfuerzo y empeño de sus pobladores.

A nivel provincial, los artesanos textiles de Sibayo son reconocidos por la calidad del trabajo y por el valor cultural que guardan en sus dibujos, que en quechua se dice “pallay”. Estos símbolos representan –mayormente–  animales, la flora y las costumbres del pueblo. También es destacable la labor de la asociación “Sumac pallay” o dibujo bonito, que desde hace varios años gestiona un pequeño museo donde explican a los turistas el proceso del tejido.

Un ejemplo para replicar

Estando en Sibayo, vinieron a mi mente Ayabaca y las iniciativas desarrolladas en los últimos años por diversas instituciones, como: la Universidad de Piura en alianza con la Organización Mundial del Turismo, del Ministerio de Cultura con las labores de investigación arqueológica o el proyecto de Sierra Exportadora, recientemente en el ámbito del turismo.

Pienso que estas iniciativas, que han ido dando sus frutos y sentado las bases para rescatar el valor cultural del pueblo.  Por ello, deben continuarse con propuestas integrales que involucren más a los agentes locales y que consideren mejoras de infraestructuras (asfaltado de carretes, señalización, etc.). Estas tareas deben realizarlas los gobiernos local, regional y nacional. Para ello es necesario un mayor compromiso de las autoridades y la sociedad civil.

Hace falta que interioricemos que invertir en cultura y patrimonio es la base para la formación de ciudadanos críticos y creativos, capaces de conducir su propio desarrollo. Solo así, el crecimiento turístico y económico puede convertirse en un verdadero desarrollo integral de la población.

El ejemplo del trabajo en el Valle del Colca  debe darnos los ánimos suficientes para seguir en el camino. Miremos esta experiencia, consolidada a lo largo de los años, y soñemos con que en un futuro no tan lejano podamos viajar a Ayabaca por una carretera asfaltada, con servicios de hospedaje y turísticos –de calidad– dirigidos por los pobladores locales. Que podamos visitar al Señor Cautivo, Aypate, Samanga y los Bosques de neblina con la seguridad de encontrar transporte y servicios adecuados. Si los Sibayeños lo han logrado, los ayabaquinos también lo harán.

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