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En el 2014, los institutos Confucio, entidades culturales pertenecientes al Ministerio de Educación del Gobierno chino, celebraron –a nivel mundial– su décimo aniversario.

Por Sofia Ma Zheng. 20 octubre, 2015.

columna_sofia_ma_zhengPor Dra. Ma Zheng
Directora del Instituto Confucio
Universidad de Piura
En el 2014, los institutos Confucio, entidades culturales pertenecientes al Ministerio de Educación del Gobierno chino, celebraron –a nivel mundial– su décimo aniversario; y, el de la Universidad de Piura, el quinto. Después de 10 años de desarrollo, hasta diciembre del 2014, hay 475 de estos institutos y 851 aulas Confucio, distribuidos en 126 países.
El Instituto Confucio de la Universidad de Piura también ha crecido. Desde los primeros 49 alumnos inscritos en el 2009 y una profesora, tiene ahora un promedio estable de cien alumnos y 4 profesores por ciclo; y más de doscientas alumnas de toda la secundaria del Colegio Vallesol.
Estas cifras son un indicador de que la milenaria y misteriosa China está levantando su velo y acercándose cada vez más a muchas otras culturas para hacerse conocer y entender. También reflejan que se está despertando un gran interés por este país oriental, por su cultura particular y la importancia económica que está cobrando desde hace tiempo.
Una serie de acontecimientos históricos está marcando una particularidad incomparable de este país asiático, que llama la atención e incita a conocerlo más a fondo. Nos referimos, por ejemplo, a las sucesivas dinastías feudales durante dos mil años hasta principios del siglo XX; sus aportaciones al mundo como la seda, el té, la porcelana, el papel o la brújula; una nueva China que proclamó su fundación en 1949 y empezó a abrir sus puertas a partir de los años 80; y el confucianismo, que ha ejercido influencia a lo largo de su historia y está muy arraigado en la mentalidad de los chinos sin llegar nunca a ser una creencia religiosa.
Asimismo, este país de 1368 millones de habitantes, equivalentes a una quinta parte de la población mundial, es de más rápido crecimiento económico en el mundo desde la década de 1980, con un 10%, en promedio, en los últimos 30 años. Es también la segunda economía más grande del mundo en términos de producto interior bruto y la mayor economía del mundo en paridad de poder adquisitivo, según el Fondo Monetario Internacional. China es, además, el centro mundial para la fabricación de todo tipo de productos y la mayor potencia industrial y exportadora de bienes a nivel mundial.
No estaríamos equivocados si dijéramos que la cultura es la que define a un pueblo o un país. Hacerse conocer es la mejor manera de hacerse entender. China es muy consciente de eso. Por ello, está abriendo cada vez más sus puertas –de muy diversas formas– para que el mundo la conozca y entienda. El Instituto Confucio es una de las plataformas que ofrece el Gobierno chino para que la gente se acerque a este país con mucho más facilidad.
La Gran Unidad, principio utópico del confucianismo, pretende una sociedad en la que rija la armonía. Conocer las diferentes culturas nos ayudará a entender mejor a las personas que tratamos, tener una comunicación más fluida con ellas y, de este modo, lograr una armonía que –sin duda– conducirá a lograr más éxito.

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