Ante la escasez de recursos, es frecuente reclamar que se prioricen las obras y proyectos. En el sector público se suele escuchar que hay recortes o crisis y que el presupuesto no alcanza… No hay otra: hay que priorizar. Sin embargo, esta afirmación podría ser un pretexto para ir postergando indefinidamente proyectos importantes que necesita […]

Por Antonio Mabres. 28 agosto, 2015.

Ante la escasez de recursos, es frecuente reclamar que se prioricen las obras y proyectos. En el sector público se suele escuchar que hay recortes o crisis y que el presupuesto no alcanza… No hay otra: hay que priorizar. Sin embargo, esta afirmación podría ser un pretexto para ir postergando indefinidamente proyectos importantes que necesita Piura.

Los antiguos usaban el aforismo: “primum vivere”: primero vivir. La prioridad deben tenerla quienes no alcanzan niveles mínimos de ingresos para vivir dignamente. Clama al cielo tanta población en pobreza extrema, tantos niños desnutridos, como ha señalado con fuerza el papa Francisco.

Es evidente que no solo falta dinero para salir de la pobreza; ni con 10 veces más de presupuesto se resolvería a corto plazo la miseria en tantos lugares de nuestra sierra. Hace falta creatividad y capacidad de emprender –no solo en las autoridades– para promover allí actividades económicamente rentables, social y ambientalmente sostenibles.

El Estado debe crear las condiciones propicias: construir carreteras para facilitar transporte de personas y mercancías; políticas públicas para mejorar la salud y la educación;  invertir en investigación para identificar los problemas y las oportunidades, etc. Son aspectos relacionados que se necesitan concurrentemente, por esto son todos prioritarios. Algunos (nutrición infantil y educación) repercutirán a largo plazo; por ello,  urgen más. En otros, debe concurrir la iniciativa privada, con emprendimientos locales o inversiones foráneas, pues la mejor garantía de sostenimiento de la familia son las fuentes de trabajo.

Una última reflexión: asegurada la vida corporal, el “primum vivere”, que cada vez se consigue en mayor grado, gracias al crecimiento económico de Piura, no podemos darnos por satisfechos. Falta cultivar la vida del espíritu: el acceso a expresiones de arte, que nos ayudarán a mejorar como  personas y como sociedad.

Por esto es tan importante la Orquesta Sinfónica Municipal, que acaba de cumplir 13 años. Y, nos alegramos de otras expresiones de artes plásticas, literatura, del folclor tradicional, música (no puedo dejar de mencionar y alegrarme, por el homenaje dado al profesor Arturo Hernández por su encomiable labor con el Coro de la UDEP). Pero, deberíamos sentir vergüenza colectiva por no tener operativo el Teatro Vegas Castillo, y que el  Municipal, vaya por el mismo camino. Estas y otras manifestaciones de la vida cultural de Piura, también  son prioritarias. ¿No les parece?

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