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Jun

2016

Mons. José Antonio Eguren

“Las enseñanzas de San Josemaría sobre la familia son actuales”

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En la Santa Misa por la Fiesta de San Josemaría, monseñor José Antonio Eguren Anselmi, destacó la vigencia del mensaje del fundador del Opus Dei, primer Gran Canciller de la UDEP.

Por Tania Elías. 24 junio, 2016.

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“Las enseñanzas de San Josemaría sobre la familia son profundamente luminosas y actuales y, por tanto, ayudan a que los hogares sean lo que deben ser: cenáculos de amor y santuarios de la vida, que contribuyan a configurar la sociedad”, señaló monseñor José Antonio Eguren, ante la comunidad universitaria y amigos de la UDEP, reunidos en la Ermita del campus.

La homilía por la Fiesta de San Josemaría estuvo dedicada a la familia, por la importancia de esta institución para la Iglesia y el mundo, y porque está fuertemente asediada y bajo constante ataque, explicó el Arzobispo. “Sabemos muy bien que sin familia no hay futuro para el hombre y para el mundo. Por ello hay que protegerla y promoverla”, dijo.

En la homilía, resaltó las virtudes de San Josemaría Escrivá, a quien San Juan Pablo II, denominó el “Santo de lo Ordinario”: “fue elegido por el Señor para anunciar la llamada universal a la santidad e indicar que en la vida de todos los días, las actividades comunes son camino de santificación. La familia forma parte de ese conjunto de realidades que un cristiano, llamado a esta vocación y coherente con su fe, debe santificar”, expresó.

Monseñor Eguren señaló también que la vida familiar, el amor conyugal, el cuidado y la educación cristiana de los hijos, el esfuerzo mediante el trabajo por sacar adelante a la familia y la vida de relación con los demás son ocasiones maravillosas para santificar y santificarse.

Recordó que el deseo de San Josemaría era que las familias fueran hogares luminosos y alegres como el de la Sagrada Familia de Nazaret. Citando al San Josemaría dijo: “Al pensar en los hogares cristianos, me gusta imaginarlos luminosos y alegres, como fue el de la Sagrada Familia. Cada hogar cristiano debería ser un remanso de serenidad, en el que por encima de las pequeñas contradicciones diarias, se percibiera un cariño hondo y sincero, una tranquilidad profunda, fruto de una fe real y vivida”.

El Arzobispo de Piura también se refirió a la preocupación constante del santo por la familia y la educación de los hijos. Aludió a otro fragmento de “Es Cristo que pasa”, sobre este tema: “Si tuviera que dar un consejo a los padres, les daría sobre todo éste: que vuestros hijos vean  –lo ven todo desde niños, y lo juzgan, no se hagan ilusiones–  que procuran vivir de acuerdo con su fe, que Dios no está sólo en sus labios, que está en sus obras; que se esfuerzan por ser sinceros y leales, que se quieren y que los quieren de veras…Es así como mejor contribuirán a hacer de ellos cristianos verdaderos, hombres y mujeres íntegros capaces de afrontar con espíritu abierto las situaciones que la vida les depare, de servir a sus conciudadanos y de contribuir a la solución de los grandes problemas de la humanidad, de llevar el testimonio de Cristo donde se encuentren más tarde, en la sociedad”.

La Eucaristía fue concelebrada por el R.P. Ricardo González Gatica, capellán mayor de la Universidad, y los sacerdotes Luis Andrés Carpio Sardón, Emilio Ruiz Malo y César Corcuera. Asistieron las principales autoridades de la casa de estudios, alumnos y amigos de la UDEP.

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