11

Mar

2016

Por Gerardo Castillo Córdova

No al juego de la muerte

"Un buen presidente debe ser coherente y defender sus principios y los principios de muchos peruanos; debe ser valiente y defender la vida, aunque eso le signifique un enfrentamiento con quienes defienden ideas contrarias".

Por Gerardo Castillo. 11 marzo, 2016.

Ayer me hicieron una pregunta acorde con el momento político que estamos viviendo: ¿Debería el siguiente gobierno legalizar el aborto? Inmediatamente surcaron por mi cabeza muchísimas ideas, todas a favor de la vida humana. Pero, hoy he decidido no decir más de lo mismo, hoy no repetiré los argumentos científicos y bioéticos que venimos expresando y explicando incansablemente, desde siempre, todos aquellos peruanos que defendemos la vida. (Artículo publicado en El Comercio)

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“Decidámonos a defender la vida y la familia, unámonos todos, incluso los que están a favor del aborto”. (Dr. Gerardo Castillo)

Hoy no insistiré en que la vida humana empieza con la fecundación y no con la implantación; hoy no insistiré en que con los avances científicos actuales las razones para el aborto terapéutico no se sostienen; hoy no insistiré en que el aborto no soluciona nada y que lo empeora todo, tal como ya se ha demostrado en otros países.

Hoy quiero, como médico y como peruano, expresar argumentos que mi razón y mi conciencia me dictan. Tengo más de 25 años ejerciendo la medicina y me he encontrado durante este tiempo con todo tipo de situaciones, en una lucha constante entre la vida y la muerte de nuestros pacientes, para con muchísimo esfuerzo y con la ayuda de Dios– lograr arrancar muchas vidas de las garras de la muerte.

En el Perú no estamos para seguirle haciendo el juego a la muerte. Es momento de ser coherentes con nuestro país y con nosotros mismos. Y, esta premisa es válida para todos los candidatos que disputan el sillón presidencial. Un buen presidente de nuestro país debe ser coherente y defender sus principios y los principios de muchos peruanos; debe ser valiente, aunque eso le signifique un enfrentamiento directo con las personas que defienden posiciones contrarias. El Estado Peruano está obligado, constitucionalmente, a defender la vida de los peruanos y no a promover la muerte; por lo tanto, no debe legalizar el aborto.

Todos los días vemos cómo con un absoluto desprecio de la vida se asesina a muchos de nuestros compatriotas. Ustedes se preguntarán: ¿y eso que tiene que ver con el aborto? Pues tiene que ver y mucho. Sobre todo cuando les vamos inculcando, subrepticiamente, a las nuevas generaciones que se puede matar sin problemas, que el aborto es como el pan del día, que ese ser humano tan pequeñito no vale nada; que vale menos que un perro que cayó al río y por el que un policía casi perdió la vida por salvarlo; que vale menos que la vida de esos pajaritos de la selva que son enjaulados y maltratados para traficar con ellos. Desde ningún punto de vista debemos continuar con ese empeño de hacerle el juego a la muerte, la sociedad peruana no está para ese tipo de juegos.

Mi formación médica me obliga a defender la vida humana por encima de cualquier ideología y ese debe ser el principio que rija el buen desempeño de los profesionales de la salud de nuestro país. Debemos decidirnos a no seguir haciéndole el juego a la muerte. Probemos defender la vida de manera real y efectiva, enfoquemos todo este tema desde el lado positivo e intentemos de una vez hacer las cosas de manera correcta.

Está demostrado que el aborto legalizado no va a ninguna parte. Decidámonos a defender la vida y la familia, unámonos todos, incluso los que están a favor del aborto. Intenten y miren la vida de una manera distinta y observemos los resultados que, como país, tendremos en los próximos años y en las nuevas generaciones. Nuestro Perú nos lo agradecerá.

Artículo publicado en la sección Opinión del diario El Comercio. 11/03/2016

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