Ellos son de áreas geográficas distintas del país, de costumbres, clima y culturas diferentes, pero los une sus ganas de superación, sus deseos de apostar por la educación y… la Beca Vocación de Maestro.

Por Lourdes Rojas Belletich. 23 mayo, 2016.

Marina Merino es de Bagua Grande, Neptalí de Bellavista (Jaén), David Asca de Huánuco, Paola Palacios de Picota (San Martín), Klein Osorio de Antonio Raymondi (Ancash), Jerson Poma viene de Huancayo, Dimer Tello de San Martín… Ellos, junto a otros 117 jóvenes procedentes de distintos puntos del país, llegaron a la UDEP con un mismo objetivo: estudiar Educación.

Beca Vocación de Maestro (8)

Son de áreas geográficas distintas, de costumbres, clima y culturas diferentes, pero los une sus ganas de superación y deseos de apostar por la educación: “Nuestro país tiene un bajo nivel en educación. Mi meta es ayudar a revertir esa situación. El docente tiene el reto de formar a mejores personas y mejores profesionales”, como bien sostiene el lema de la UDEP, dice Jerson Poma.

Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), en el Perú solo el 32% de jóvenes, entre 17 y 25 años, cursan Educación Superior. Para subsanar esta situación, desde el 2012, el Estado da becas de estudios en todas las regiones y procura garantizar que el universitario termine sus estudios. Entre las becas que ofrece, a través del Programa Nacional de Becas y Crédito Educativo (Pronabec), están: Beca 18, Beca Excelencia Académica, Beca para Hijos de Docentes  y Beca Vocación de Maestro.

La UDEP es una de las instituciones seleccionada para acoger a estos becarios. Actualmente, 612 estudian en las distintas facultades. De ellos, 123 jóvenes, de Piura (64), Tumbes (19), Cajamarca (9), Amazonas (6), Lambayeque (6), Lima (5) y San Martín (4) y otras regiones,  siguen Educación, gracias a la Beca Vocación de Maestro.

La pasión por los números
Doroty Tello Samillán (17), chiclayana tiene una Beca Vocación de Maestro. Cursa su primer ciclo en la Facultad de Ciencias de la Educación de la UDEP. Para ella, la beca produjo un cambio importante en su vida. Terminó en el 2014 y se preparaba para postular; a la vez, estudiaba karate, al igual que sus hermanos: “ésta es una gran oportunidad, pues aún tengo dos hermanos menores y, el hecho de que el Estado pague mis estudios significa un ahorro sustancial para mis padres”.

La Facultad ofrece las especialidades de Educación Inicial, Primaria; y Secundaria con mención en Matemática y Física, Lengua y Literatura, Historia y Ciencias Sociales o Lengua Inglesa. Doroty escogió Matemática y Física.

“Siempre me han llamado la atención los números. Me cautiva la manera en que a partir de una fórmula puedes desarrollar en diferentes aspectos; incluso en la vida diaria, se dan las matemáticas en casi todo lo que nos rodea. A mis hermanos y a mí siempre nos han gustado los números”. Fue su padre, David, quien cultivó la vocación de Doroty: “Cuando éramos muy pequeños nos iba dando las multiplicaciones para que desarrollemos. Me sentía bastante bien cuando las resolvía.”

Encuentro y diversidad cultural
Aunque nació en Lima, Jerson Poma Concha  (17) estudió y se crió en Huancayo. Decidió trasladarse a Piura en busca de un mejor futuro: “Opté por la UDEP, por su infraestructura, prestigio. Por el ranking sabía que estaba entre las mejores. Es un beneficio grandioso tener esta beca”, dice.

Cuenta que fue muy duro dejar Huancayo, especialmente a su ‘mejor amiga’: su mamá. También le costó muchísimo, aún le cuesta, adaptarse al calor de Piura, pero está muy motivado con el campus, los profesores y, además, “he aprendido a generar mi autonomía, a ser independiente y asumir la gran responsabilidad que esto trae. Estoy aprendiendo las culturas y formas de hablar de diferentes personas que, como yo, vienen de diversos lugares: Cajamarca, la selva del Perú, la costa…”.

Descubrió su vocación en una temprana y temporal  experiencia como docente, en el colegio: “En cuarto año de secundaria,  mi maestra me pidió que apoyara a mis compañeros que tenían bajas notas en sus calificaciones, a veces les daba clases de algún tema difícil. A ellos les gustó.  Desde ahí, vi que mi futuro era ese.”

Jerson destaca la importancia de la Educación: “es la que lleva al desarrollo. Un país sin educación no es nada. Los jóvenes deben darse cuenta de que ninguna carrera es buena o mala, todo depende de cada uno; de la competitividad y las ganas que pones en ella…”, expresa.

Una apuesta importante
Beca Vocación de Maestro está dirigida a jóvenes con verdadera vocación docente, que apuestan por una educación de calidad.  Dimer Tello Gaona (17) es de San Martín. Sostiene que la carrera requiere de vocación de servicio. “Uno es feliz haciendo lo que le gusta. Un verdadero profesor debe ser dinámico, creativo y dar buen ejemplo. Debe implementar buenas estrategias para captar la atención de sus alumnos, cambiar de metodología si es necesario.” Él aceptó el reto.

Siempre le gustaron los números, por eso sigue la especialidad de Matemática y Física. “Aunque no soy tan bueno, siempre insisto hasta llegar al resultado”. Al terminar la secundaria, también dio clases de Matemática a cuatro compañeros. “‘No puedo, para mí es difícil’, me decían. Les expliqué paso a paso… Me llenó de alegría, saber que tres de ellos aprobaron”.

Al recordar la dificultad de sus compañeros por el aprendizaje, Dimer menciona que uno de los grandes problemas de su comunidad es la educación. “Solo hay un colegio, y tiene problemas de infraestructura. Cuando llueve todos se mojan.” Por eso, su meta principal es “salir del país para investigar, adquirir más conocimientos, y regresar a compartirlos, para favorecer al desarrollo de mi comunidad, de mi país”. 

Educación en la UDEP
Así como Doroty, Jerson y Dimer eligieron la docencia, 123 jóvenes, provenientes de distintas regiones y poblados del país, fueron becados por el Pronabec para estudiar Educación en la UDEP, con la Beca Vocación de Maestro. Es integral y cubre: gastos de pensión académica, matrícula, material de estudio, vivienda, alimentación, movilidad, tesis y titulación.

Cabe recordar que la Universidad de Piura trabaja desde hace 47 años en el campo de la Educación superior y en la capacitación de docentes. Desde 1986, forma educadores a través de la Facultad de Ciencias de la Educación. Para que ningún talento se pierda y aplicar su principio de ‘igualdad de oportunidad’, la UDEP concede un porcentaje de becas y semibecas a estudiantes de escasos recursos, con aptitudes para el estudio, en las diferentes facultades. En el futuro, podrán acceder al mercado laboral y contribuir a mejorar el nivel de vida de su familia y de la región.

(Artículo publicado en el suplemento Semana. Diario El Tiempo 22/05/2016).

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