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Feb

2017

Mgtr. Tomás Atarama

“No se mejora el cine invirtiendo sino desarrollando el nivel cultural”

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El especialista en Comunicación Audiovisual explica el valor de los premios Oscar en la industria cinematográfica y analiza algunas películas que nominó la Academia para la edición de este año.

Por Tania Elías. 24 febrero, 2017.

Tomas Atarama web

Empieza la cuenta regresiva para la entrega de los premios Óscar, otorgados desde 1929 por la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de los Estados Unidos. El especialista en Comunicación Audiovisual, de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Piura, explica que estos son los premios con mayor trayectoria y reconocimiento de la industria cinematográfica, tanto porque reúne a más de seis mil profesionales del cine como porque representan el centro de la inversión millonaria.

¿Cuál es el valor del Oscar en la industria del cine?
En el mundo académico, varios autores cuestionan los criterios de selección y critican la imposición de un único modo de entender el cine desde la mirada de Hollywood. Pese a ello, nadie deja de reconocer el impacto y trascendencia que tienen estos premios en la configuración de lo que se considera una película bien lograda y en el prestigio de los nominados y ganadores. Este premio tiene sus equivalentes en otras áreas como la música con el Grammy (desde 1959), la televisión con el Emmy (desde 1949), o el teatro con el Tony (desde 1947); todos siguen el modelo propuesto por la Academia.

A la entrega del Óscar le anteceden otros premios. ¿Por qué no necesariamente coinciden las listas de nominados?
Existen diversos premios y reconocimientos alrededor del mundo con criterios más o menos homogéneos, aunque nunca iguales. La primera razón para entender las posibles diferencias es el criterio formal de selección: una película solo puede estar nominada a los Óscar si ha sido estrenada en Los Ángeles entre el 1 de enero y el 31 de diciembre del año anterior a la ceremonia. La segunda son los criterios culturales al momento de considerar una película como candidata. Si seguimos la tendencia de las últimas ceremonias, se da mayor valor a historias que superan las dos horas, y se basan en hechos reales.

¿Invertir millones garantiza ganarse un lugar entre las mejores?
La inversión es un factor básico, pero no determinante. El 2016, de las nominadas a mejor película, Mad Max costó 150 millones de dólares y El Renacido 135 millones. La ganadora fue Spotlight que invirtió 30 millones de dólares, la quinta parte de Mad Max. Hay películas extremadamente costosas que ni siquiera han sido nominadas, es el caso de Batman vs Superman en esta edición 2017, pese a que su presupuesto fue de 410 millones de dólares. Sin embargo, hay otras de elevado costo que han alcanzado grandes éxitos en la ceremonia del Óscar. Un ejemplo es Titanic, con un presupuesto de 294 millones de dólares, se alzó con 11 estatuillas, entre ellas, mejor película. En general, al referirnos a la industria del cine a nivel profesional estamos hablando de una industria millonaria; no se puede hacer cine de primer nivel con presupuestos mínimos.

Películas como La La Land, con 14 nominaciones, ¿recuerdan que el cine clásico no pasará de moda?
La La Land trata sobre una lucha por rescatar el arte, en un mundo de gustos cada vez más banales; es un musical moderno ambientado en Los Ángeles de hoy, que rescata y recuerda los grandes musicales clásicos como Les demoiselles de Rochefort (1967), Grease (1978), West Side Story (1961), Sweet Charity (1969), Singin’ in the rain (1952), Boogie Nights (1997), Shall we dance (1937), The band wagon (1953), Funny Face (1957), An American in Paris (1951), Le ballon rouge (1956), y Broadway melody of 1940 (1940). Estos guiños le aportan un valor especial a la película que rinde tributo a una época y un género del cine que cada vez se hace menos. Hay gente que ha dicho “¡Qué película más hermosa! Ya no se hacen obras como esta”. Hay algo de verdad en la nostalgia por el cine clásico, en historias en las que explorar la magia que podía transmitir el cine era el más grande logro de una cinta.

¿Puede ganar en medio de los dramas nominados?
Sus posibilidades son muy altas. Dura 127 minutos, versa sobre un género por el que se apuesta cada vez menos, y tiene como tema el arte, la carrera que debe seguir un actor para alcanzar sus sueños. Creo que La La Land es la favorita tanto por mérito propio como por los criterios de contexto. Sin embargo, también está Moonlight, que ya ganó el Globo de Oro como mejor película de drama, y Hidden Figures, que tiene pocas nominaciones, pero presenta todos los elementos contextuales a su favor. Se basa en hechos reales, refleja una historia inspiradora, redime el problema de la discriminación y tiene un guion muy potente. Se estrenó dos semanas después de La La Land, y superó en taquilla al musical. Ha llamado la atención de la crítica ganando el premio del sindicato de actores Screen Actors Guild Awards a mejor reparto de película.

¿Cuál es el balance de Latinoamérica en la historia del Oscar?
Únicamente dos películas latinoamericanas han sido ganadoras del premio Oscar en la categoría de mejor película extranjera: La historia oficial (Luis Puenzo, 1985) y El secreto de sus ojos (Juan José Campanella, 2009), ambas de producción argentina. Después, se pueden contar hasta 26 películas latinoamericanas nominadas; y la única peruana en la lista ha sido La teta asustada (Claudia Llosa, 2009), que compitió justamente con El secreto de sus ojos. Mención especial también merece el Óscar que ganó el cortometraje The Bear Story (2016), que es de producción chilena.

¿Aspira el cine peruano a ganarse un lugar por lo menos como nominada?
En los últimos años, la industria peruana se mueve entre dos extremos: un cine de autor, con historias muy profundas y a veces intimistas, pero que no llega a las salas de cine con fuerza; y un cine comercial con un alto contenido de product placement que evoca más una estética de comercial publicitario que de cine, con historias normalmente planas. Debe comenzar a haber más sinergia en el campo del cine, y trabajar en todas las artes que lo componen. No se mejora el cine invirtiendo solamente en cine, hay que desarrollar el nivel cultural, el teatro, la música, las artes visuales, la literatura. El cine, como séptimo arte, bebe de la cultura de una sociedad y se materializa en un producto que integra toda esa sensibilidad. Toda persona que se dedique al cine aspira a ganar un Oscar, aspira a hacerse un espacio en la academia del cine con mayor trayectoria y reconocimiento profesional. El cineasta peruano también se encuentra en ese trayecto.

¿Qué tanto valora el Oscar el cinéfilo peruano?
Los premios de la Academia son una fiesta del cine y no se puede negar. Se puede ser crítico con sus decisiones y criterios, pero cualquier persona que disfrute mínimamente del cine estará atento a la premiación. Hay grupos que se organizan para ver juntos esta ceremonia y las salas de cine procuran proyectar las películas nominadas, e incluso si no se llegan a pasar antes de la ceremonia, se ponen en cartelera luego a las ganadoras. Hay decenas de festivales en el mundo, pero el Oscar representa el éxito máximo en esta industria.

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