16

Ago

2017

Los 485 años de fundación de San Miguel son un momento para reflexionar sobre la transformación que ha tenido en este proceso histórico, sus retos, dificultades y oportunidades.

Por Pavel Elías. 16 agosto, 2017.

Nuestra ciudad cumple 485 años de fundación. A lo largo de todos estos años, ha ido transformándose a partir de un proceso histórico que es importante recordar pues nos muestra lo que en esencia somos.

Se funda con aproximadamente 30 vecinos españoles, instalándose un cabildo (hoy lo llamamos municipalidad) para el gobierno local; la vecindad elegía anualmente a 2 alcaldes y 4 o 5 regidores. Esta institución municipal sigue vigente, con los cambios propios del paso de los siglos, con una población que se ha multiplicado.

Tenía jurisdicción sobre un territorio extenso que, con el correr del tiempo, será recortado. Abarcaba todo Tumbes, parte de la provincia de Loja (Ecuador) y los pueblos de Olmos, Motupe, Jayanca, Pacora, Salas, Penachí, Cañares (hoy en Lambayeque). Hacia 1548 se crea el corregimiento de San Miguel de Piura, con el territorio señalado.

El centro del corregimiento era Piura, abarcaba la ciudad y varios cacicazgos indígenas. Los vecinos los fueron “descubriendo” pidiéndole al gobernador Pizarro que se los diera en “encomienda” para beneficiarse de la mano de obra y el tributo. A cambio, el encomendero debía darles buen tratamiento y pagar a un sacerdote para su evangelización. A partir de 1572, estos cacicazgos fueron reducidos en pueblos de indios para que vivan en “policía”. Se configuran, entonces, a modo de ciudad española (con plaza, iglesia, cabildo de indígenas), pueblos como San Juan del Valle de Catacaos en la costa y San Pedro de Huancabamba en la sierra.

Hoy la ciudad de Piura es capital del departamento de Piura. No se da más esta división entre la ciudad, centro del mundo hispano, y el pueblo como recinto de la vida indígena. Es resultado de la convivencia entre el mundo occidental de los primeros vecinos españoles y de los indígenas “piuranos” que habitaban estos territorios.

Somos una sociedad mestiza que en 485 años ha afrontado una serie de problemas, superados por la unión de autoridad y población. Tal vez el más difícil, que aún es un reto, sea el fenómeno “El Niño”, cuya presencia se pierde en el tiempo. Si ayer el hombre piurano pudo superar las adversidades, hoy lo puede hacer también. Es el homenaje que Piura y su gente merecen.

Publicado en El Tiempo, edición del 16 de agosto de 2017.

 

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