14

May

2018

VICENTE DE HARO ROMO

“En la posmodernidad, el parámetro de la realidad es la ficción”

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El docente de la Universidad Panamericana (México) reflexiona acerca del pensamiento relativista del posmodernismo y la importancia de la tolerancia para convivir en sociedad.

Por Dirección de Comunicación. 14 mayo, 2018.

El doctor Vicente de Haro Romo, director del Departamento de Humanidades de la Universidad Panamericana, estuvo en Campus Lima para dictar unas sesiones del curso “Postmodernidad: una visión Crítica”, que estudian los alumnos de segundo año del doctorado en Humanidades con mención en Estudios sobre Cultura.

Con más de catorce años de experiencia como docente, de Haro Romo expone un mensaje claro sobre lo que representa el relativismo en la actualidad y por qué es el principal problema de nuestra sociedad.

¿De qué hablamos cuando nos referimos al posmodernismo?

La posmodernidad es más una actitud que se toma frente a la vida que una teoría o  un sistema. Los posmodernos están en contra de las teorías integradoras y de los sistemas racionales. El filósofo Jean-François Lyotard dice que es “la caída de los grandes metarrelatos”. Antes, la gente tenía un marco para entender su vida, sus decisiones: la religión, la filosofía, la historia. Había una gran teoría que te daba un marco de referencia, te daba un sentido de vida. Lyotard dice que en la posmodernidad ese marco ya no existe.

Como hay un escepticismo ante los grandes sistemas, la experiencia humana queda desintegrada en pequeños átomos de sentido, que no acaban de formar un conjunto. Eso es la posmodernidad.

Dentro del posmodernismo, se habla del relativismo. ¿Podría hablarnos sobre este?

Primero, quisiera aclarar que no toda corriente posmoderna es relativista; pero sí, el relativismo es una de sus corrientes. Este supone un gran riesgo porque propone que todo dependa del cristal con que lo mires. En el momento en que uno empieza a decir “esta es mi verdad” y “esta es tu verdad”, la palabra “verdad” se vacía de significado.

Cuando tengo un alumno relativista y le doy mis argumentos, él me contesta: “Esa es su verdad y yo tengo la mía”. En ese momento la verdad no importa, en ese momento se da la muerte de la cultura, que nos deja con un desconcierto muy grande y nos lleva a cosas tan absurdas como dedicar la vida a un automóvil.

Doctor Vicente de Haro Romo.

¿En qué punto la tolerancia se vuelve relativismo?

La tolerancia es un valor clave, es el respeto a la diferencia, pero no hay que confundirla con el relativismo. La tolerancia es una disposición moral de reconocer que el otro tiene derecho a su postura; el relativismo no es una disposición moral sino una posición epistemológica, respecto a qué es el conocimiento.

A veces se confunde el ser tolerante con asumir que todas las opiniones son iguales; sin embargo, hay opiniones falsas, erróneas, infundadas y hay opiniones mejores que otras. Curiosamente, la gente confunde relativismo y tolerancia cuando, en realidad, la tolerancia implica la admisión de una verdad: para ser tolerante, tienes que admitir que hay verdades absolutas.

Relativismo en la vida cotidiana

¿Cómo se relacionan la necesidad de aparentar lo que uno no es, en las redes sociales, y el relativismo?

Es lo que hablamos hace un momento sobre el metarrelato. Actualmente, estamos sometidos al aplauso de las redes sociales, porque no hay un metarrelato, un parámetro moral, religioso. Estamos sometidos al poder fáctico. Para superar eso, tenemos que ser capaces de encontrar el valor de la persona más allá de la apariencia física, tenemos que ser capaces de ver lo que es esencial. En la posmodernidad, el parámetro de la realidad es la ficción.

Las redes sociales están hechas para facilitarnos la comunicación, pero en lugar de eso, nos aíslan más. Están potenciando nuestra rivalidad y vanidad, que en el fondo no son más que una gran inseguridad, un gran vacío. Cuando yo pienso que no valgo nada es cuando más me esfuerzo para aparentar que soy algo. Si yo soy capaz de ver mi propio valor, la apariencia pierde importancia.

¿En qué otros aspectos de la vida cotidiana se vive el relativismo?

Hay gente que en su trabajo sigue un código de ética pero en su casa, no. También existen los mundos virtuales como Second Life, donde se vive más una personalidad virtual que supone una desconexión con la realidad.

Asimismo, hay gente que piensa que la ética no aplica para los negocios, entonces no aplican en sus negocios las mismas reglas que quieren que se apliquen en la política o en el fútbol.

Fuente: inverse.com

Pero, ¿no es común ser de una manera en el trabajo y en la casa, de otra?

Todos tenemos ese tipo de dos personalidades o más, pero cuando uno se da cuenta y trata de corregirlo, ya estamos evitando caer en el relativismo, que nos quita la capacidad de reconocer un error. Al no tener claro cuál es nuestra meta ni sentido de vida, es difícil darse cuenta de que hemos perdido el camino.

A veces parece como si nuestra generación ya estuviera “perdida” en ese aspecto ideológico, y que deberíamos preocuparnos más por la educación de los niños. ¿Qué tan cierto es eso?

Pongo dos casos. Uno es el de la ecología: cuando yo era niño, nadie se preocupaba por el planeta, y ahora incluso las personas mayores lo hacen. Es mentira eso de que los más viejos ya no cambian.

El segundo caso es el de la justicia en las relaciones de los géneros. Mi abuelo y mi bisabuelo no ayudaban a lavar los platos, ahora es una tarea de ambos sexos, el esposo y la esposa cuidan al hijo, lavan los trastes. Eso demuestra que sí somos capaces de modificarnos en muy poco tiempo.

¿Qué papel juegan en esto las humanidades?

Las humanidades son un espacio de reflexión, necesitamos potenciarlas. Además, tenemos que ejercitarnos en el diálogo para encontrar qué es lo que tenemos en común. Yo tengo muchos alumnos que dicen ser relativistas, pero cuando hablamos de ciertos temas, resulta que tienen convicciones muy fuertes.

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