21

Mar

2018

FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS EMPRESARIALES

La estrategia del personal en la organización

Columna de Opinión escrita por Cesar Cáceres, docente del Programa de Especialización en Gestión del Talento Humano. Publicada en el Diario El Peruano, el 17 de marzo de 2018. La estrategia de personal en la organización debe ser planteada desde una perspectiva de dirección empresarial. Las áreas de recursos humanos ya no son aquellas tradicionalmente planas. Hoy, […]

Por Posgrado y Extensión. 21 marzo, 2018.

Columna de Opinión escrita por Cesar Cáceres, docente del Programa de Especialización en Gestión del Talento Humano. Publicada en el Diario El Peruano, el 17 de marzo de 2018.

La estrategia de personal en la organización debe ser planteada desde una perspectiva de dirección empresarial. Las áreas de recursos humanos ya no son aquellas tradicionalmente planas. Hoy, han cobrado mucha profundidad en las compañías y deben estar totalmente integrados a la estrategia de la organización. Es decir, vivir el día a día de los objetivos financieros, de operaciones, entre otros.

Lograr que la gestión del movimiento del personal, desde fuera y dentro de la organización, sea la más eficiente, genera un alto nivel de consistencia en los equipos de alto rendimiento.

La consistencia ocupa el tercer nivel estratégico en el diseño organizacional. Esta consistencia explica la capacidad de fijar un alto nivel de unidad en el ápice estratégico de la estructura. La unidad es el principal recurso de la cultura organizacional y causante de la motivación, identificación y lealtad del personal.

El ápice estratégico o equipo directivo es el responsable de esta cultura organizacional. Su labor deberá ser siempre ejemplar y visible para todo el personal con mucha frecuencia.

La mejor estrategia de personal en las organizaciones es aquella en que los directivos motivan a sus equipos con el ejemplo. Un directivo deberá ser virtuoso; es decir, muy ejecutivo (que haga las cosas), muy estratega (que sepa pensar) y muy líder (que motive a los demás).

No se puede comprar equipos de alto rendimiento. Si se hiciera, se pondría en riesgo la cultura de la organización. Los equipos de alto rendimiento se forman en el día a día, cuando cada trabajador logra ser el fiel reflejo de la ejemplaridad positiva de sus jefes.

Es crucial que los jefes se involucren con el trabajo de sus subordinados. No se puede dirigir sin controlar. No se puede delegar y abandonar. El jefe que dice a su subordinado que siente mucho que no haya cumplido sus metas, no ha entendido nada. Este subordinado le está haciendo una parte de sus metas. Este jefe deberá estar agradecido. Y si su subordinado necesita ayuda, hay que dársela. El jefe deberá sentarse con el subordinado y hacer equipo para alcanzar la meta.

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