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Jun

2019

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  • Educación inclusiva: un acercamiento a los desafíos de la diversidad

Hablar de diversidad en materia educativa, abarca una amplia gama de temas. ¿Cómo pueden los maestros asistir necesidades tan diversas? ¿Cómo lograr que un sistema educativo sea favorable para todos?

Por Daniela Cerna. 03 junio, 2019.

Según la Unesco, la educación inclusiva es aquella que logra identificar y responder a las diversas necesidades de todos los estudiantes, mediante una mayor participación en el aprendizaje, las culturas y las comunidades. Siendo así, involucra cambios y modificaciones en contenidos, aproximaciones y estrategias, con una visión común que incluye a todos los niños del rango de edad apropiado.

Vale señalar pues, que esta diversidad incluye también los diferentes problemas de aprendizaje, los cuales habrán que identificarse a temprana edad para evitar el retraso en el aprendizaje y permitir un adecuado rendimiento en etapas de educación superiores.

Según la Dra. Beatriz Morgado Camacho, especialista en Psicología Evolutiva y Educación de la Universidad de Sevilla, profesora visitante del doctorado en Educación de la Universidad de Piura, estos problemas de aprendizaje pueden ser de carácter específico o no específico.

Se entiende por dificultades específicas del aprendizaje aquellas generadas por una alteración en los procesos cognitivos, que impiden un adecuado desarrollo de las áreas primarias del aprendizaje, correspondientes a la lectura, escritura y el cálculo, mientras que una dificultad no específica del aprendizaje está relacionada con factores externos al desarrollo cognitivo del niño, como la falta de motivación o de hábitos de estudio.

doctora Beatriz Morgado

Detección e intervención

¿Cómo puede un maestro responder a las diversas necesidades y problemas de aprendizaje? ¿En qué momento se detectan y cuándo es el momento oportuno para asistirlas? Respondiendo a estas interrogantes, la doctora Morgado indica que la detección de los problemas de aprendizaje varía dependiendo del carácter de estos; sin embargo, una característica común es que el estudiante se va alejando del nivel de sus compañeros de clase y su nivel de ejecución está por detrás, con respecto al nivel esperado. Cuando este retraso se ha venido detectando, después de dos años, se debe intervenir y empezar a explorar nuevos modelos educativos preventivos.

En el caso de los problemas de aprendizaje específicos, señala la especialista, no es difícil detectar a aquellos niños con un déficit de atención. “Son como procesadores que van lento, que piensan más lento y que son menos estratégicos, la memoria a corto plazo falla mucho por la dificultad atencional”, comenta.

“Si el profesor sabe que cierto chico, al recibir información de manera oral, comete errores al convertirla en escrito, y, sin embargo, cuando le hago un copiado, el niño no comete errores, estamos viendo que lo que está fallando es la ruta fonológica: la conversión de un sonido a un grafema.  Por lo tanto, vamos a intentar promover actividades que permitan enseñarle al niño la lectura a través de la vía visio-espacial, lo importante es que no pierda el aprendizaje de la lectura”, agrega la experta.

Respecto a los problemas de aprendizaje no específicos, son los de los estudiantes que no tienen dificultad de coeficiente Intelectual ni de tipo de inteligencia, sino que existen por una razón, normalmente externa, por una práctica educativa inadecuada: padres poco implicados en la educación o con valores contrarios a esta; o un factor relacionado a la escuela: una mala relación con los compañeros o una inadecuada instrucción del maestro.

“A veces, ocurre que no enseñamos de manera ajustada a la característica de los niños, porque venimos de entornos distintos. De repente, nos envían a un colegio de una zona rural con características específicas, donde el ritmo es distinto y al maestro le cuesta enseñar de una manera adaptada a esa circunstancia, esto puede derivar en que el niño baje el rendimiento”, agrega la docente.

En estos casos, los maestros deben tener pleno conocimiento de las condiciones del niño y tener la suficiente formación y dominio del aula para ajustar la enseñanza a las características de sus estudiantes.

La importancia del entorno familiar

“No es la estructura familiar aquello que influye en el rendimiento académico de un niño”, señala Morgado. Afirma que, un niño criado en una familia monoparental, con una buena estimulación y un entorno de desarrollo adecuado, puede tener un excelente aprendizaje, similar al de cualquier otro, mientras que un niño con ambos padres, criado en un ambiente conflictivo, puede presentar problemas de aprendizaje.

“El desarrollo psicológico no depende íntimamente de por quién está formada la familia, pero sí, de las dinámicas familiares y el clima familiar. Es importante que nuestras prácticas educativas como padres y madres estén basadas en patrones democráticos, que mostremos el cariño y afecto a los niños desde pequeños”, menciona.

La labor del Estado en la inclusión educativa

Pero, a pesar de la adecuada preparación del docente y unas condiciones de desarrollo óptimas en el hogar, está claro que las condiciones físicas, al igual que las emocionales, deben ser las apropiadas. Un niño mal nutrido, no será receptivo; un niño que estudia en una escuela de materiales precarios estará menos motivado.

“En las escuelas que son del Estado, hay muchas diferencias entre ellas, dependiendo de dónde estén, tienen más maestros, o menos. Debemos perseguir que el Estado intente ofrecer la misma calidad educativa en todos los centros, en todas las zonas. Un niño no tiene por qué pagar el haber nacido en una zona rural o urbana”, acota Morgado.

En este sentido, el Banco Mundial encontró que, por cada dólar invertido en infraestructura y equipamiento de escuelas de Primaria, el rendimiento escolar aumenta entre 1,8 y 1,9 puntos porcentuales.

Un estudio hecho en el Perú, por economistas de la Universidad del Pacífico, brinda resultados congruentes. Que un colegio cuente con conexión a Internet, paredes de ladrillo y conexión a agua potable genera un aumento sobre el logro académico promedio de 11%, 6% y 3%, respectivamente.

Algunas cifras del panorama nacional

  • De acuerdo a un informe de TV Perú, en el 2017, 1 de cada 10 niños peruanos tiene problemas de aprendizaje específicos. Los más comunes son la dislexia, la digrafía y la discalculia.
  • Un 80% de los docentes que incluye entre sus alumnos a un estudiante con capacidades distintas, no recibe apoyo ni acompañamiento.
  • Con el propósito de que, en el 2030, el 60% de los niños de zonas rurales mejoren sus niveles satisfactorios en Comunicación y Matemática, desde enero de este año, el Minedu replanteará la política de atención educativa para ese ámbito.
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