07

Ago

2019

Nos deja en herencia, entre otras cosas, su ejemplo, la fidelidad a su vocación, la lucha por la santidad, su labor y gestión para que el proyecto Universidad de Piura se haga realidad.

Por Federico Prieto. 07 agosto, 2019.

Eugenio Giménez, ingeniero español, llegó al Perú a mediados de los años sesenta, con la voluntad de impulsar una universidad, a partir de la creación, con un grupo de intelectuales peruanos, de la Asociación para el Desarrollo de la Enseñanza Universitaria.

A pesar de ser andaluz –otros dirán precisamente por ser granadino y no sevillano- era hombre serio, que se tomaba las cosas muy a pecho. De manera que cuando surgió la propuesta de una Universidad en Piura, él estuvo en primera línea de acción, aunque no buscara protagonismo personal.

Había un proyecto pequeño para la universidad piurana, con la idea de comenzar en un edificio de la ciudad. Había otro proyecto, grande, de hacer un centro académico de proyección internacional. Él fue partidario de un proyecto mediano, con tres facultades, en un edificio nuevo sobre un terreno propio, generosamente donado por varios prohombres de Piura.

El conocimiento de los vericuetos del Estado, de las características de las distintas clases sociales, del modo de ser de la peruanidad, de los vaivenes de la vida política, etcétera, así como por sus viajes por el territorio nacional, le llevaron a querer a su nueva patria, el Perú, donde vivió desde entonces hasta su muerte en Piura, el 5 de agosto de 2019.

Ya hombre mayor, hecho y derecho, respondió a la vocación sacerdotal en el Opus Dei, y se ordenó en Europa, para volver al Perú, donde ha desarrollado su ministerio sagrado, especialmente en Piura. Entonces, la delicadeza y el tacto surgieron de su alma sacerdotal y pudo desempeñarse bien en su nueva vocación.

La dolorosa enfermedad que le afectó tres lustros, los últimos de su vida, fueron una prueba que Dios le envió y que llevó con entereza, primero dándose cuenta de cómo le afectaba, después, en manos de quienes con gran cuidado,  le atendieron. Porque la enfermedad de Alzheimer, que es el mal que tuvo, pone a prueba al paciente y  quienes le rodean. Hay que tener humildad para llevarla, como él la tuvo.

Deja en herencia, entre otras cosas, su ejemplo, la fidelidad a su vocación, la lucha por la santidad, y… muchos documentos sobre la Universidad de Piura, que deberán servir, como Eugenio quería, para escribir la historia de esa casa de estudios

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