05

Jul

2019

“Solo aquel que se consagra a una causa, con toda su fuerza y alma, puede ser un verdadero maestro. Por esa razón, ser maestro lo exige todo de una persona”. (Albert Einstein)

Por Jaime Ancajima. 05 julio, 2019.

Hoy, nuestra sociedad depende más que nunca de la educación. Un país educado se desarrolla y avanza más. La educación forma la gente que trabaja por el desarrollo, la hace más productiva, más competitiva y, por tanto, si todos cumplen ese perfil de persona bien formada, la sociedad en su conjunto será más productiva y competitiva.

La educación permite que la gente sea innovadora, creativa y que encuentre soluciones a sus problemas. La prepara mejor para que trabaje y cree valor agregado; hace que la sociedad sea más culta y más responsable. Una sociedad educada es la base de una democracia y sistema político adecuado para generar confianza y crecimiento. Por estas razones, países más desarrollados, como Canadá, Finlandia, Japón, Suiza, entre otros, entendieron que la única forma de crecer y desarrollarse era educando a la gente que se encarga de formar: los maestros.

El maestro es uno de los principales agentes de cambio de la educación. Por esa razón, debe desarrollar diferentes competencias y habilidades que lo identifiquen, lo definan y legitimen para ejercer dignamente su noble labor. De ahí que, los maestros deban aprender a conocer; es decir, adquirir los instrumentos de la competencia de la comprensión; aprender a hacer, para desarrollar destrezas en el ámbito laboral considerando una preparación teórico-práctica adecuada; y, por último, aprender a ser, que es un proceso donde se destacan valores, competencias personales, características y virtudes.

Todo nuestro reconocimiento a los maestros quienes, a lo largo y ancho de nuestro país, en costa, sierra y selva, desarrollan una invalorable labor; y, a pesar de todos los obstáculos, creen fielmente en el poder que tienen para transformar vidas. ¡Feliz Día de Maestro!

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