19

Oct

2020

La campaña de comunicación del gobierno “El COVID no mata solo. No seamos cómplices” ha levantado una ola de opiniones polarizadas. El magíster Alvaro Montafur, de la Facutad de Comunicación, analiza el controversial mensaje.

Por Álvaro Montúfar. 19 octubre, 2020.

Durante esta pandemia, la Presidencia del Consejo de Ministros lanzó la campaña de comunicación “el COVID no mata solo. No seamos cómplices” para intentar disuadir a los peruanos de participar en reuniones sociales. Sin embargo, la campaña ha dejado mucho para el análisis.

Me pregunto: ¿la campaña le hace justicia a la realidad peruana? ¿lo que vemos en los medios informativos es la realidad del comportamiento de los peruanos frente a la crisis? Es preocupante que una campaña dirigida a la mayoría de los peruanos se centre solo en aspectos negativos de una minoría.

La propuesta ha sido percibida como indiferente e incluso llega a generar rechazo. No comparto las razones del gobierno para decidir hacer una apología del mal comportamiento de una minoría: ¿por qué reforzar el ruido mediático de esa mala conducta? El gobierno, en cambio, debería darse cuenta de que muchos millones de peruanos están haciendo las cosas bien.

Si la estrategia de comunicación de la PCM busca acabar con el mal comportamiento, debería acallarlo, reconociendo y fomentando el buen comportamiento de los peruanos, aprovechando el momento y su rol para construir una mejor sociedad, reconociendo y contagiando lo bueno.

Si bien la publicidad es una interpretación de la realidad, no deberíamos olvidar que, además de su función persuasiva, la publicidad tiene una función educativa. Por ello, en vez de pensar en el corto plazo e invertir recursos para sindicar a los villanos y arrinconarlos socialmente, deberíamos centrar los esfuerzos en fomentar la buena conducta, sembrando valores y cultura para tener cada vez más héroes de a pie que extingan los malos comportamientos.

Sin embargo, en un momento tan crítico como el actual, con un clima de inseguridad, muerte, miedo y estrés, necesitamos cortar la cadena de contagio, pero impulsando un ‘contagio positivo’: de todo lo bueno que hacemos. En esa línea, el estilo de la campaña también me parece equivocado, pues refuerza la depresión, cuando podría estar formulada en clave optimista, tratando de aplacar lo malo, reconociendo y viralizando todo lo bueno que estamos haciendo.

Gobierno: cambiemos de estrategia. Cambiémosle la cara al contagio, transformemos el paradigma de nuestra sociedad. Dejemos de buscar culpables, de repetir una y otra vez los malos ejemplos.

Somos conscientes de ser una sociedad imperfecta, pero ¿en qué momento empezamos a construir una mejor? #ContagiemosLoBueno para llegar a ser una sociedad mejor preparada para enfrentar crisis como la actual.

Este es un artículo de opinión. Las ideas y opiniones expresadas en él son de responsabilidad del autor.

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