04

Feb

2020

Artículo de opinión

Batiendo récords de temperatura: el cambio climático

¿Qué relación tienen los extremos de calor que hay en Piura y el calentamiento global? Sin duda son dos manifestaciones del Cambio Climático Global; pero, la relación que hay entre ellos no es tan simple.

Por Antonio Mabres. 04 febrero, 2020.

Foto tomada de Globo News.

Hace unos días, concretamente el pasado viernes 24 de enero, tuvimos una temperatura máxima en Piura de 38° C (estación del Senamhi en Miraflores). Ha sido la mayor en lo que va de año, y realmente todo un récord para Piura en el mes de enero. En otras ciudades de la región, las temperaturas máximas han sido aún mayores: ese mismo día en Catacaos hubo 38,6°C, y el lunes 20 de enero en Chulucanas se alcanzaron los 38,2° C y en Malacasí 39° C.

Récord de Temperatura global en los últimos años
Pocos días antes, circuló por medios informativos internacionales la noticia de que la Temperatura global del año 2019 ha sido la segunda más alta desde que se registra ese promedio mundial (hace unos 130 años). La más alta fue el 2016 (coincidiendo con un episodio del Fenómeno El Niño, que afectó poco la costa peruana, pero sí produjo un calentamiento amplio del Pacífico ecuatorial). Los 6 años más cálidos del planeta, desde que se lleva este registro global, han sido los 6 últimos (2014 a 2019): un dato significativo que indica que el calentamiento global va en aumento.

¿Tienen relación esos dos hechos que hemos mencionado: los extremos de calor en Piura y el calentamiento global del planeta? Sin duda son dos manifestaciones del Cambio Climático Global (CCG), aunque la relación no es tan simple. Una cosa es la temperatura global (una magnitud promedio de toda la Tierra) cuyo aumento expresa que la Tierra en su conjunto se calienta; y otra cosa son los efectos locales de ese fenómeno, que son muy diversos: los patrones climáticos en distintos lugares están variando y lo hacen de diversa forma. En algunos sitios incluso hay temperaturas más frías. Lo que sí está claro es que el clima de la tierra está cambiando: las condiciones meteorológicas promedio de cada lugar, que a lo largo de los 10 últimos milenios han venido siendo más o menos constantes, ahora están variando; y lo están haciendo de modo abrupto.

Los círculos negros de la gráfica indican la diferencia con la temperatura base (promedio de 1981 a 2010). Se aprecia el aumento de aproximadamente 1°C. Los últimos 6 años han sido los más calurosos. La línea azul “suaviza” la variación, con un promedio de 5 años (dos antes y dos después) en cada punto. La línea roja indica la tendencia de largo plazo.

¿También El Niño evoluciona?
Una de las manifestaciones del CCG es la mayor frecuencia e intensidad de los llamados eventos meteorológicos extremos en distintos lugares: más huracanes y tormentas de gran magnitud, más heladas, sequías más pronunciadas, etc. Los incendios en Australia y la tormenta Gloria en la costa mediterránea de España, que han llenado las noticias estos días, son ejemplos de ello, entre tantos. Y, desde luego, el Fenómeno El Niño también parece evolucionar hacia un patrón de ocurrencia diverso: muchos científicos piensan que tendremos con más frecuencia los episodios extraordinarios de este fenómeno que afectan de modo catastrófico a Piura y tantos otros lugares.

Manifestaciones del cambio climático
Aunque en meteorología, donde se conjugan de modo aleatorio muchas variables, no hay que apresurar conclusiones, está bien comprobado, como decíamos, el aumento de un grado en los últimos 130 años de la temperatura global del planeta. La mala noticia es que crece el ritmo de ese aumento: está siendo mayor los últimos años.

En los Andes peruanos tenemos otra prueba muy clara del calentamiento en la disminución de los glaciares y cumbres nevadas perpetuas, algo que afecta y afectará más el régimen de los ríos de la costa con incidencia en la actividad agrícola.

En otras partes del mundo, se reportan efectos locales diversos, como récords históricos de temperaturas máximas y mínimas. El Amazonas ha tenido también valores extremos de caudal en los últimos años. Prácticamente, en cada lugar se dan manifestaciones locales diversas de este cambio climático global.

Estamos hablando de un cambio del clima de la Tierra muy rápido, diverso de los cambios de escala geológica, como las glaciaciones, que se han dado durante el Cuaternario: la última empezó hace unos 120,000 años y terminó hace unos 10,000. Son dos fenómenos independientes el uno del otro. En el actual calentamiento global no tienen nada que ver las causas que dieron lugar a esas glaciaciones.

Causa del cambio climático: efecto invernadero y CO2
Los científicos desde hace años han establecido la causa de fondo del calentamiento global: la Tierra en su conjunto se calienta por los rayos del sol, y se enfría por su radiación térmica (todo cuerpo emite calor por radiación, que es mayor si está a temperatura más alta). Pues bien, la temperatura promedio de la Tierra es consecuencia del equilibrio de esas radiaciones: es la temperatura en que la radiación recibida iguala la emitida.

Esa temperatura se ha desplazado como consecuencia de los “gases de efecto invernadero” cuya concentración ha aumentado en la atmósfera y que, de alguna forma, bloquean la radiación que emite la Tierra. El más abundante de esos gases es el CO2 (anhídrido carbónico), emitido por la actividad industrial del hombre (sobre todo la generación de energía y el transporte en base a carbón y derivados del petróleo: los llamados combustibles fósiles). Estamos mandando a la atmósfera miles de millones de toneladas de carbono que extraemos del subsuelo.

Necesidad de mitigar y adaptarnos al cambio climático
Obviamente, preocupan mucho los impactos económicos negativos que tiene y tendrá ese cambio climático. Algo que está en la agenda de los políticos y que, por su naturaleza, requiere de un esfuerzo conjunto: todos compartimos la misma atmósfera. Las emisiones de gases del efecto invernadero nos afectan a todos, provengan de donde provengan. Aunque, una vez más, los impactos locales son diversos, y los costos de minimizar los impactos negativos y de adaptarse al cambio climático también lo serán. Hay consenso en que, en los países tropicales, como el nuestro, esos impactos y esos costos serán mayores.

Nos ha llevado muy lejos la consideración de las temperaturas extremas que sufrimos esos días. Habrá ocasión de abundar en ello y en algo que tiene que ser preocupación de los dirigentes de los países y de todos: mitigar el cambio climático, promoviendo el uso de energías renovables no contaminantes (que no arrojan CO2 a la atmósfera) y otras medidas, como conservar nuestros bosques. De alguna forma, una tarea de todos.

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