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2020

Semana de Educación 2020

Educadores que iniciaron su labor en pandemia recuerdan el valor de la vocación

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¿Cómo se empieza la vida laboral en plena pandemia y con más razón en el campo de la educación? Cinco egresados de Educación compartieron sus experiencias pedagógicas en tiempos de Covid-19, a los estudiantes.

Por Sabrina Román. 27 noviembre, 2020.

Durante la emergencia del COVID-19, mientras los países ordenaban el cierre de fronteras y el confinamiento, lo que no se detuvo fue la educación de los niños y adolescentes. Eso lo saben muy bien Amadeo Alvinez, Tania Peña, Milagrina Silva, Patricia Curay y la licenciada Martina Gildeimester. Los cinco, recién egresados de la Facultad de Ciencias de la Educación de la UDEP, iniciaron su labor docente en abril, en ese contexto difícil, con creatividad, pero, sobre todo, con vocación. Su experiencia la compartieron con estudiantes de cuarto y quinto año durante la Semana de Educación.

Amadeo Alvinez, de la especialidad en Matemática y Física, labora en el distrito de San Miguel del Faique, provincia de Huancabamba. Viajó sin conocer el lugar, decidido a dar lo mejor de sí en esta localidad alejada. “La conectividad era cero, tenía que subirme a un cerro para encontrar la señal. Al principio, llamé a cada uno de mis alumnos, pero explicarles por teléfono las fórmulas era muy difícil”. En medio de esas dificultades, y ya que el programa Aprendo en casa solo llegaba por radio, salió a buscarlos. Ahí vio sus carencias. Hoy les lleva fichas a los niños y conversa con los padres de familia, entre 4 y 5 días al mes.

“Los animo a ir a las zonas rurales, no solo en la zona de Piura es donde más nos necesitan. Sin duda alguna, la Facultad nos preparó para la vida, para cruzar las barreras y demostrar que la educación no puede parar”, comentó a los universitarios.

Inglés para niños
Ganas para enseñar sobran. Patricia Curay veía cómo, en la emergencia, los padres no sabían qué hacer con los pequeñitos en casa y así nació su página de internet. “Aquí los papis pueden hacer actividades cortas con materiales que tengan en casa, la idea es que se diviertan juntos. Tuve muy buena acogida y sin planificarlo una amiga vio mis videos y me llamó a trabajar en su colegio como profesora de inglés para los niños de 4 y 5 años”, narró.

La profesora de Inicial confesó que tuvo temor al inicio porque su especialidad no era inglés. “Me di cuenta que todo lo que aprendimos en la universidad es muy importante, aunque pensemos que es solo para cumplir un requisito”, refiere. Para ella, es motivador saber que a pesar de que están en casa se puede ayudar a otros. “Hay que reformar nuestras maneras de enseñar. El cambio empieza desde uno mismo para poder ayudar al otro”, indicó.

Una plaza
Milagrina Silva, de la especialidad de Lengua y Literatura, compartió primero cómo logró en este tiempo un contrato en el estado. “Gracias al mérito por haber sido becaria, pude adjudicar una plaza. Al saber que uno es egresado UDEP y becario, esperan mucho de nosotros”, afirmó.

Se encarga del área de Comunicación de tercer, quinto y cuarto grado (del cual es tutora también). Tiene 67 estudiantes. Al declararse la pandemia decidió retornar a Cajamarca, desde donde realiza su trabajo.

De los aprendizajes que le deja la pandemia compartió que “educar en la distancia y con las características del contexto día a día es un reto, los niveles de pobreza son muy grandes; muchos alumnos no cuentan con un teléfono ni internet, pero están aprendiendo. La frase que hoy en día se dice: la tecnología algún día remplazará al maestro, ahora ya va siendo un mito”, indicó.

Amar educar
Cuando inició la pandemia, Martina Gildemeister (especialidad de Primaria) logró regresar a Lima, donde vive su familia. Desde ahí continuó con sus labores en la UDEP. Se había propuesto culminar su tesis y hoy es una meta lograda. Después, apareció la posibilidad de enseñar a niñas de primer grado y ahora se dedica a esta labor.

“Jugamos a ‘congelado’ cuando el internet se va o a pararnos de cabeza cuando la cámara se voltea. Ellas lo ven como un juego. Como docente te das cuenta de que puedes valerte de esas situaciones para darles a las niñas un ratito de aprendizaje con alegría”, mencionó.

A la par que enseña, estudia una maestría y el lenguaje de señas, porque “quiero que la barrera con nuestros alumnos sea mas chica para lograr la inclusión”. Agrega que agradece a la UDEP es que nos han enseñado a amar educar, que dejemos todo de nosotros para enseñar.

Alfabetización
Tania Peña (especialidad de Historia y Ciencias Sociales) recuerda que, desde su casa en Ayabaca, empezó a comunicarse con las alumnas por teléfono. Aunque la conectividad era muy difícil, se adaptó para atenderlos a cualquier hora. “Era consciente de todo lo que implicaba para ellos comunicarse conmigo”, expresó.

Al momento de dictar Desarrollo Personal, Ciudadanía y Cívica y Comunicación se dio cuenta de que una estudiante no sabía leer ni escribir. “Le pedí permiso a la directora para hacer un programa de alfabetización y accedió. Le envié libros, fichas hasta viajé a la zona. Conversé con la mamá para que me apoye. No cabía de felicidad el día que la escuché leer; es una niña que tiene la capacidad de aprender”, compartió.

Enseñanza UDEP
Los profesores que asistieron al evento destacaron la actitud de los egresados. El decano, Mgtr. Camilo García, señaló que los testimonios revelan el compromiso y vocación por la docencia. “Nuestros egresados tienen clara la idea del derecho de toda persona a educarse y no han escatimado esfuerzos para lograr que ningún estudiante se quede relegado. Han vivenciado la importancia de la función educativa de la familia… Destacan la formación recibida como sustento de sus experiencias educativas y eso es motivante en nuestro reto continuo de enseñar a enseñar”, dijo.

Para la Mgtr. Milagros Ramos, vicedecana, las experiencias compartidas ayudan a los alumnos que están camino a egresar. La directora de Departamento, Mgtr. Emma Carreño, consideró importante conocer la realidad educativa en contextos donde las brechas sociales son palpables. “Que ellos trabajen en el campo y luego caminen o suban a un cerro, para lograr cobertura para recibir sus clases, es un aliciente para todos los educadores. A nosotros, como facultad de la UDEP, nos toca seguir formando maestros porque ellos son los que saldrán a generar los cambios que tanto anhelamos”, enfatizó.

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