09

Nov

2020

Artículo de Opinión

Una mirada a las elecciones de Estado Unidos

El proceso norteamericano señala algunos riesgos de cara a nuestras próximas elecciones. Todo hace indicar que vamos a un proceso donde sin un favorito, las distancias serán mínimas.

Por Germán Vega. 09 noviembre, 2020.

Fuente: El Tiempo.

Esta semana se realizaron las elecciones en Estado Unidos. A pesar de que los primeros conteos eran más favorables al presidente Donald Trump, al pasar las horas, el candidato demócrata Joe Biden se posicionó a la delantera. Ante ello, Trump y su entorno elevaron su voz reclamando un posible fraude. ¿Existe algún fundamento que respalde esta acusación?

Para entender esto, consideremos que el sistema norteamericano es diferente al nuestro. Simplificando un poco el tema, cada estado tiene asignado un número determinado de votos electorales. Luego, los votos de los residentes registrados en cada estado determinan a qué candidato se le otorgan sus votos electorales. El candidato que llegue primero a 270, de un total de 538, gana.

Esto genera varias elecciones dentro de una, ya que el objetivo no es tener más votos en todo el país, sino ser el más votado en la mayor cantidad de estados. Por ejemplo, bajo ese sistema, Keiko Fujimori hubiese ganado las elecciones del 2016.

La elección norteamericana se dio en una situación especial por la pandemia. Debido a ello, algunos decidieron votar por correo. Incluso Biden recomendó votar usando esta modalidad para evitar contagios. Trump, por lo contrario, se opuso a ello y motivó a sus simpatizantes a ir a votar. A pesar de ser el actual presidente, desestabilizó el proceso electoral desde un inicio.

Otro detalle para considerar es que cada estado cuenta los votos por correo de una manera diferente. En algunos, como Florida, los votos por correo se cuentan antes del día de la elección. En cambio, otros, como Pennsylvania, no pueden hacerlo así, lo que demora la inclusión de estos votos en el cómputo estatal.

La consecuencia es que la tendencia puede cambiar drásticamente para un candidato u otro, dependiendo del tipo de votos que se cuentan primero. Entonces, en algunos estados, Trump lideraba los resultados simplemente porque aún no se contaban los votos de Biden.

El proceso norteamericano señala algunos riesgos de cara a nuestras próximas elecciones. Todo hace indicar que vamos a un proceso donde sin un favorito, las distancias serán mínimas. Por lo tanto, y al igual que en Estado Unidos, el modo en que se cuenten los votos puede revertir tendencias en los conteos parciales.

Lo correcto sería que los candidatos eviten denuncias de fraude sin más sustento que el cambio de tendencia en el conteo. O, que las entidades involucradas dejen claro que los conteos parciales no son muestras representativas de la opinión final. Quitar credibilidad a la elección es lo último que necesitamos.

Este es un artículo de opinión. Las ideas y opiniones expresadas aquí son de responsabilidad del autor.

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