
En buena medida, este recoge mucha de la experiencia actual y puede ser una receta de éxito ante los ciudadanos.
- La arbitrariedad administrativa no existe. Es solo un invento de teóricos jurídicos desfasados que no se encuentran adaptados a los nuevos tiempos de flexibilidad de las administraciones públicas.
- Siempre confunde a los ciudadanos. Nunca muestres la medida o la norma arbitraria de manera completa y clara.
- Busca un objetivo de interés público que atender, (la evasión tributaria, por ejemplo). Aunque nunca alcances el propósito, este solo sirve para “justificar” la actuación arbitraria.
- Importa más que las redes sociales y los medios de comunicación “acepten” la medida arbitraria, antes que la solidez de tus argumentos jurídicos.
- Busca voceros o expertos, son nuevas profesiones necesarias para “motivar” las actuaciones arbitrarias.
- Acuérdate siempre: eficacia antes que legalidad. Esta última es la consigna plena para que la receta funcione.
- Las fuentes de Derecho no existen, solo son muestras de un pasado lacerante.
- El control judicial siempre será a posteriori; es costoso y toma tiempo, así los ciudadanos tienen pocas posibilidades de contradecir la arbitrariedad administrativa.
- Nunca refutes al político de turno, la medida o norma tiene que salir tal como se propuso. El papel lo soporta todo y luego la gente olvida.
- Nunca motives y sé disruptivo ante el Derecho teórico.
Este es un artículo de opinión. Las ideas y opiniones expresadas aquí son de responsabilidad del autor.