Su nombre lo debe a su canto tristón que en invierno parece decir: Gui-cuu-cúuu, que interpreta un llamado. En el verano cambia y parece decir: chaau-cháau.

Por Carlos Arrizabalaga. 17 febrero, 2021.

En todas partes hay nombres curiosos de aves. El padre Miguel Justino Ramírez anota que, en Huancabamba, se conoce como Güicucú un pájaro cuyo plumaje es color amarillo marrón, el pecho amarillento y muy parecido al zorzal. Su nombre lo debe a su canto tristón que en invierno parece decir: Gui-cuu-cúuu, que interpreta un llamado. En el verano cambia y parece decir: chaau-cháau.

Canta al atardecer, cuando asienta la neblina, por eso se le llama también, muy poéticamente, “llamador de agua”. Vive en las partes frías y su nido, sigue diciendo Ramírez, es muy original. Busca huecos profundos de los peñascos, o el centro de los matorrales, fabricándoles una gradería acaracolada.

Son varios los nombres formados por onomatopeyas. A menudo son especies endémicas, por eso su abundancia en nuestra región. El más conocido es el chilalo, que en Lambayeque dicen hornero. El obispo Martínez Compañón lo dibuja, pero lo nombra como “una perdiz”, con lo que el nombre local debe ser posterior. Son onomatopéyicos güerequeque (a veces escrito huerequeque), chiroque, guacabó, chigüisa, y choqueco, zorzal parecido al que en Huancabamba dicen chiquiaco.

Aparecen con frecuencia en la literatura regional, sobre todo por el carácter despertador y vespertino del más ruidoso de todos: “La esperanza era ya para él, escribe Vegas Seminario, como aquellos luceros que veía desaparecer en el cielo cuando empezaban a cantar los chilalos.” “El sol declina / refresca la tarde. / El chilalo canta, / se va el mingay / y la cosecha termina”, describe una acuarela de Justino Ramírez (1943). Y, Manuel Cevallos Flores añora: “Cura Mori se vestía de negro entre melodías de chirocas y chilalos que recogiéndose en sus nidos parecían despedir la luz. (…) Un choqueco cruza el desierto, buscando la aurora.”

Bichauche es el nombre huancabambino del gorrión de cuello amarillo, compartido con la región de Loja, en el sur del Ecuador, pero no parece onomatopeya.

Este es un artículo de opinión. Las ideas y opiniones expresadas aquí son de responsabilidad del autor.

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