Que alguien me lo explique


Caminaba Felipe al lado de un etíope, funcionario de la reina Candace, cuenta la Sagrada Escritura (Hechos 8:26-39). Este último leía unos textos del profeta Isaías. Felipe le preguntó con sencillez, ¿comprendes lo que estás leyendo? El etíope respondió: ¿cómo lo puedo entender, si nadie me lo explica? Sirva esta introducción para explicar la marca institucional del Instituto de Ciencias para la Familia de la Universidad de Piura, el significado de su logo; trabajo en el que participó a nivel artístico la diseñadora gráfica Constanza Bellatín.

Acerca de las letras, se optó porque acompañaran al escudo las siglas ICF en mayúsculas, negrita y con un tamaño más grande. Luego, el nombre completo del Instituto reflejo de su naturaleza académica e interdisciplinar, tanto docente como de investigación. El estudio del matrimonio y la familia es tan amplio y fecundo, que para entenderlos de forma integral es esencial el aporte y el concurso de las diversas ciencias humanísticas y experimentales.

El color predominante es el azul, del mismo tono que el del escudo de la Universidad, símbolo de inteligencia y pensamiento, dos motores esenciales en la búsqueda de la verdad. Se buscaba asentar así la visión institucional: “ser protagonista de los cambios que impliquen un conocimiento más completo de las realidades matrimonial y familiar”.

El escudo lo conforman diversos elementos que guardan armonía entre sí. El árbol hace alusión a la familia; sus raíces representan estabilidad, sus frutos hacen referencia a la fecundidad y el amor; aspectos todos, necesarios en la génesis de algo valioso, de arraigo y con perspectiva de futuro. El árbol serviría para comunicar las características más relevantes de la institución familiar como célula básica de la sociedad. Su estabilidad, aspecto necesario para el desarrollo de las personas; su fecundidad como la fuente de capital social y humano por excelencia como engendradora de individuos que aportarán en la edificación de una sociedad más humana y más justa. Las raíces y el tronco robusto, muestran que la familia ha de estar fundada sobre la base sólida del matrimonio y que requiere de fortaleza para constituirse, perpetuamente, como la fuente de estabilidad y fecundidad para la que está llamada en el entramado social del que forma parte de modo excelso e insustituible.

El ICF se funda en el 2005, como un desarrollo valeroso, nacido en el seno de una universidad, fiel reflejo de su madurez intelectual a través del diálogo y aporte interdisciplinar de las diversas ciencias en busca de la verdad.

El logo expresa los ideales que defiende y el objetivo que persigue; pero, además, muestra a la familia como la organización humana más importante que una persona conforma y puede seguir impulsando y desarrollando a lo largo de su vida. El árbol, por su frondosidad, hace alusión también a la ciudad de San Miguel de Piura, en alusión a la génesis de la universidad.

La estrella alude a la Virgen María, quien se constituye en una fuente de luz y de salvación del mundo. Representa la verdad, que ilumina y disipa la ignorancia y el error, y se constituye en el fin último de la investigación, y la base de los fundamentos para preservar la defensa de la dignidad de la persona, del matrimonio y de la institución familiar. Se conseguía a través de este elemento, reafirmar la fidelidad con los principios de la Universidad de Piura, cuya labor está asentada en una concepción cristiana y católica acerca de la persona humana.

Finalmente, el agua representa la sabiduría ilustrada, la ciencia; hace mención a la principal actividad del instituto, de la cual se nutren las demás, la investigación.

Confiamos que el logo del ICF valga, en adelante y siempre, como un medio de interpelación y motivación continua, primero para sus miembros -algunos además fundadores de sus inicios-, pero, sobre todo, para aquellos con quien se vincule y a quien el ICF sirva.

Tarea cumplida, se ha explicado lo que este logo representa y significa. Así, cuando en adelante lo vean, podrán hacerlo con una mirada renovada por el conocimiento acrecentado, pero además reflexionando, impulsando y aportando, cada uno según corresponda, en la finalidad que busca alcanzar el ICF gracias al trabajo diario y comprometido de sus miembros. ¡Dios quiera que así sea!

Paul Corcuera García
Director