Son áreas de interés las diversas ciencias humanísticas y sociales, que reflexionan sobre la sexualidad y el amor humano, el matrimonio y la familia:

Historia

La institución familiar está íntimamente ligada a la naturaleza humana. Los historiadores comenzaron a hablar de la familia al tomar conciencia de los problemas de la vida privada, del hecho de que cuestiones como los derechos del hombre y de la mujer, la autoridad del padre sobre los hijos, el divorcio, la anticoncepción o el aborto se habían convertido en asuntos de Estado.

La renovación de la historiografía llevó el campo de interés científico hacia ese tema. El estudio de la familia como institución social es algo reciente que data de las investigaciones pioneras en el campo de las ciencias sociales. La ciencia ha tardado en comprender que no se puede estudiar una sociedad si no se ha estudiado la naturaleza de los accidentes culturales de las familias que la componen.

Ética

Ética es la actuación del hombre en cuanto que conduce su vida. Esa acción de conducir la vida propia puede enriquecer o lesionar su naturaleza. Es necesario estudiar la conducta y la acción humanas para profundizar en las complejas relaciones que se tejen en una familia.

Todo miembro de una familia recibe su vida por medio de sus padres. Esta vida recibida está aún inacabada y corresponde a cada persona vivirla mediante acción humana. Acción libre orientada hacia fines específicos que le hagan crecer de acuerdo a su naturaleza. Negar la libertad conlleva negar la ética.

Filosofía

La filosofía nos ayuda a reflexionar acerca del matrimonio y de la familia, qué tipo de realidades son, qué entidad tienen, dónde inhieren. Se intenta responder a los interrogantes del propio ser, al agrupar los saberes que buscan establecer, de manera racional, los principios más generales que organizan y orientan el conocimiento de la realidad, así como el sentido del ser y del obrar humanos.

El método natural viable para entender de modo adecuado la vida humana es la filosofía, porque únicamente en esta disciplina el existente que la ejerce está enteramente comprometido.

Antropología

La antropología estudia la realidad más alta que existe: la persona como ser trascendente (coexistente, libre, cognoscente y amante). Cuestiones de fondo como quién es el hombre corresponde a la Antropología resolver. La antropología se presenta así como el pilar más fundamental que busca conocer a la persona que se es y la que se será.

Considerando el matrimonio, se pretende reflexionar sobre los conceptos antropológicos necesarios para comprender la dimensión sexual de la persona humana. Se plantea la relación del desarrollo de la persona humana con su ser como varón o como mujer: la libertad, el compromiso, la verdad sobre el bien, las estructuras de sociabilidad y comunicación, el sentido del amor humano: el cuadro de referencias presentado por la interrelación de estos conceptos enmarca el carácter esponsal.

Teología

Cuando la reflexión sobre el matrimonio y la familia tiene lugar en el ámbito de la teología lo que interesa es conocer el “ser” (la verdad) y el “deber ser” (las conductas conformes con esa verdad) según nos es dado a conocer por la Revelación. Se puede, por eso, decir que, como disciplina teológica, la finalidad es estudiar, desde la razón iluminada por la fe, el designio salvador de Dios sobre el matrimonio y la familia. En segundo lugar –como consecuencia–, descubrir el estilo de vida que corresponde llevar a los casados a fin de responder adecuadamente al proyecto de Dios sobre sus vidas. Y en tercer lugar –con una importancia no menor— ayudar a profundizar en la naturaleza y características de las intervenciones que otras instancias, como la Iglesia y el Estado, pueden y deben llevar a cabo en relación con el matrimonio y la familia.

No es posible entender al hombre si no se lo ve en relación a su creador. Para estudiar al hombre es preciso contar con la Revelación, así desde el Génesis, vemos que se destaca que el hombre ha sido puesto por encima de los animales y las plantas para dominarlas, y es imagen y semejanza de su Creador

Derechos Humanos

El apartado 3º del artículo 16 de la Declaración Universal de Derechos Humanos dice: “La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protección de la sociedad y del Estado”. Esta declaración reafirma la importancia y el papel fundamental de la familia en la sociedad de nuestro tiempo.

Pero los Derechos Humanos son inherentes a la dignidad humana, y no dependen de una declaración por grande que sea la institución que la proclama. La dignidad humana es anterior al derecho positivo y, por lo tanto, las declaraciones pueden ser estudiadas a la luz del conocimiento de la propia naturaleza humana.

Política, Economía y Derecho

El mundo actual ha adquirido una dinámica que genera cambios continuos y cada vez más acelerados. La innovación tecnológica facilita las comunicaciones de tal modo que los cambios en una cultura influyen rápidamente en otra. Al transformarse la sociedad, también lo hacen las familias y, por supuesto, las relaciones entre familia y los distintos agentes sociales. Interesa estudiar las relaciones entre la familia, la sociedad y el Estado.

La familia, que sigue siendo el referente más importante en nuestras vidas, ha visto cambiar muchas de sus características que hace unas pocas décadas parecían inmutables. En la actualidad las familias son más pequeñas que nunca. Por un lado, cada vez es menos común la convivencia con los abuelos y, por otro, las parejas deciden tener menos hijos. El estudio de estos y otros aspectos de las relaciones de las familias, la sociedad y el Estado deben estudiarse científicamente.

Educación y Pedagogía

Los padres son los primeros educadores. Educar es enseñar a ser, educar humaniza. Se educa ayudando a desarrollar o perfeccionar las facultades intelectuales y morales del otro, actuando sobre su inteligencia y su voluntad.

Las posibilidades de una sociedad organizada, el talante profesional y ético de los ciudadanos depende de la educación recibida. La ciencia que se ocupa de la educación y la enseñanza es la pedagogía.

Sociología, Demografía y Estadística

La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad. La sociología es la ciencia que trata de la estructura y funcionamiento de las sociedades humanas, y por ello, el cultivo serio de esta ciencia contribuye a un mejor entendimiento de los movimientos sociales y culturales de todas las épocas.

En algunos casos es necesario emplear algunas ciencias secundarias como la estadística y la demografía para cuantificar aspectos de la vida social humana. Con éstas es posible abordar estudios estadísticos de una colectividad humana y de las familias, referidos a un determinado momento o a su proyección.

Psicología, Psicopatología y Terapia

Cuestiones relacionadas sobre cómo crecen y se desarrollan los seres humanos, desde su concepción hasta la vejez permite entender mejor la conducta de las personas y cómo es la experiencia de la vida en cada una de sus etapas. Es posible analizar, desde el ámbito familiar, cada una de las etapas de crecimiento de la persona y la repercusión que tiene en la familia cada uno de los momentos del crecimiento y desarrollo del ser humano.

Comunicación Social y Artes

Comunicar es hacer a otro partícipe de lo que uno tiene. El mundo de la comunicación es el primer areópago del tiempo moderno, capaz de unificar a la humanidad transformándola, como suele decirse, en “una aldea global”. Los medios de comunicación social han alcanzado importancia hasta el punto de que son para muchos el principal instrumento de guía e inspiración para su comportamiento individual, familiar y social. Internet no sólo proporciona recursos para una mayor información, sino que también habitúa a las personas a una comunicación interactiva.

Fundamentación de las Instituciones Jurídicas y Políticas

Toda institución jurídica y política tiene efectos directos sobre la sociedad, la familia, y en definitiva, sobre cada persona singular. Los fundamentos que sostienen a estas instituciones deben estar orientados siempre a favor de la persona humana.

Los gobiernos establecen sus políticas que deben constituir intervenciones de sus poderes públicos para facilitar a las personas con responsabilidades familiares las mejores condiciones posibles para promover el bienestar de sus familias. Estas políticas requieren de un marco legal que norme derechos y obligaciones de los ciudadanos.

El matrimonio se inicia con el pacto conyugal, y éste genera unos derechos y unas obligaciones que recoge en parte el derecho. El Derecho está ineludiblemente presente en el momento constitutivo y en el momento extintivo de las relaciones jurídico-conyugales-familiares, así como en los momentos modificativos de esas relaciones jurídicas. Podrá ser más o menos exigente a la hora de formular requisitos para cualquiera de esos momentos, pero difícilmente puede dejar de estar presente.

Biomedicina

La persona humana tiene dos modalizaciones: varón y mujer. En la relación conyugal se ponen en juego sus aspectos fisiológicos y psicológicos como una unidad inseparable, pues en la entrega conyugal es la persona humana la que se da complementariamente, él en cuanto varón y ella en cuanto mujer. Los aspectos biológicos de su modalización le permiten a cada individuo servir a su especie según su modo específico de ser varón o ser mujer. Este es su sentido biológico.

Los avances en la biomedicina, son tan positivos como vertiginosos, y abren continuamente nuevas líneas de investigación que culminan con el desarrollo de novedosas técnicas que se ofrecen al servicio del hombre. Como en cualquier ciencia, también en ésta el conocimiento puede ser empleado – por error – en contra de la ley natural. Por ello es preciso estudiar y relacionar puntos de referencia que limiten y aseguren que ese positivo caudal de conocimientos no se vuelva contra el propio hombre: Bioética.

La biomedicina, establece relaciones sistémicas entre la biología humana y la salud de la persona. En su relación con el matrimonio no debe romper la unidad entre causa y efecto de la sexualidad humana, esto es, no debe romper la unidad entre unión conyugal y procreación en cualquiera de sus dos direcciones: ni buscar la actividad sexual impidiendo la procreación, ni buscar artificialmente una procreación independiente de la sexualidad.

El conocimiento integral y correcto de estos aspectos contribuirá a una adecuada visión de la sexualidad y del amor en el contexto familiar.