“Yo siento que estoy contemplando un milagro. Cuando llegué, la Universidad era un arenal con unas cuantas piedras encima. Todo lo demás ha sido un profundo acto de fe y empeño por sacarla adelante y hacerle un bien al país, como dijo san Josemaría. En estas Bodas de Oro, vemos que no solo le hemos ganado al desierto, sino que, lo más importante, se ha formado profesionales conscientes de que están hechos para servir, porque el servicio dota de sentido a la vida. Además, no debemos olvidar que todos estamos haciendo la Universidad de Piura”.