La primera vez que escuché hablar acerca de la Universidad de Piura en mi casa, yo era muy joven, casi niño, pues mi papá es un egresado de Administración de Empresas de la UDEP. Además, vivo en la ciudad de Piura desde hace diez años, y soy exalumno de un colegio con una fuerte conexión a la Universidad: Turicará. Por ello, conozco su importancia en la región. Es una institución icónica, que genera orgullo en todos los que formamos parte de su entorno y en la sociedad.

La Universidad nos trasmite, tanto en la formación académica que nos da como en la formación humana, que tiene una gran calidad. Estos rasgos ya los veía en mi papá, quien se distingue de los egresados de otras universidades pues lleva de la mejor manera el lema: “mejores personas, mejores profesionales”. Él es un gran ejemplo de cómo se puede sobresalir en el mundo profesional, conservando los principios buenos y bien marcados, que no siempre son prioritarios en otras universidades. Y, por cosas como esta, la Universidad de Piura es tan bien considerada por todos.

Cuando salí del colegio, ya tenía muy claro a dónde quería ir, así que decidí postular a la Universidad de Piura. Inicialmente, la decisión no fue fácil; sin embargo, luego de investigar me di cuenta de los beneficios que recibiría, tanto en mi formación profesional como personal, esto sumado a que tiene un campus muy amplio el cual mejora la experiencia que se vive mientras eres alumno.

Postulé a Administración de Empresas porque considero que en ella están las áreas en las que mejor me desenvuelvo, y también porque es lo que más me gusta. Mi experiencia como alumno, durante estos dos años, ha sido muy buena y me siento muy cómodo siendo parte de esta gran Universidad. Puedo ver cómo he ido mejorando y creciendo con el tiempo, gracias a las enseñanzas y consejos que nos brindan los profesores y a las grandes amistades que he ido cultivando.

Estoy convencido de que esforzándome podré concretar mis planes futuros: conseguir un trabajo en el cual pueda desarrollar todo lo que he aprendido; adquirir experiencia en el campo laboral para, después, poder tener una empresa propia con la cual pueda ayudar a mejorar la realidad que vivimos en nuestra ciudad y generar empleo.