El 29 de abril, justo 50 años después del inicio de las clases en la UDEP el año 1969, la comunidad universitaria decidió celebrar. Desde todos los rincones del campus Piura, alumnos y trabajadores de la Universidad caminaban presurosos para participar en este festejo.

¿Punto de encuentro? Frente al edificio principal, donde tuvo lugar la primera Apertura del 69. ¡50 años no se cumplen todos los días y hoy los cumplimos! La vicerrectora Susana Vegas se dirigió así a la multitud reunida en el lugar: “Hoy es un día propicio para recordar a los primeros que vinieron a este campus, que era solo un desierto y hoy lo vemos frondoso, verde, lleno de vida, de edificios y, sobre todo, de alumnos, que son nuestra esperanza”.

Era un momento de algarabía, incrementada con los aplausos, las pancartas los vivas de trabajadores y alumnos de las distintas facultades, así como por los cantos y hurras, acompañados de diversos instrumentos musicales. Una lluvia de caramelos lanzados por los aires desde el balcón pusieron la nota dulce del encuentro.

Rosa Zeta, Ronnie Moscol y Max Maeda, docentes de la UDEP e integrantes de las primeras promociones de 1969, estaban en el balcón junto con los exrectores Antonio Mabres y Sergio Balarezo, y el profesor Martín Palma, quien hizo las veces de ‘maestro de ceremonia’, entre otros.

Rosa Zeta recordó a los profesores pioneros y el ambiente que se vivía en aquella época, y que aún se mantiene: “Todos nos hicimos amigos en el campus, compartiendo estudio puro y duro; con actividades de teatro, oratoria, debates, poesía, representación estudiantil… Todas estas cosas cultivaron nuestra personalidad. Y, con las exigencias de nuestros profesores, aprendimos a dialogar, a ser puntuales, responsables, respetuosos, honestos, alegres. Nuestra visión del mundo se enriqueció”.

Las interpretaciones del conjunto musical, integrado por estudiantes de las distintas facultades, animaron más el ambiente. No faltaron “Las mañanitas”, el “Cumpleaños feliz” y hasta el grito general: ¡Queremos que partan la torta!” Antes de volver a las actividades habituales, sonó “La canción de despedida”, pues sabemos que, efectivamente: “No es más que un hasta luego, no es más que un breve adiós”, porque ¡las celebraciones por las Bodas de Oro de nuestra Universidad, continúan!