¡Un gran equipo!

Cuando en 1993 acepté trabajar en la puesta en marcha de la Facultad de Derecho, mi vida dio un giro de 180 grados. Había trabajado en diversas empresas en el área que me apasiona (Derecho del trabajo), pero siempre había añorado tener más tiempo para el estudio y la investigación.

Al llegar a Piura, en febrero, me impactó el calor: ¡nunca había experimentado tanto calor! En esos años, tener un ventilador era casi un objeto de lujo. El único que teníamos lo compartíamos, solidariamente, con los alumnos, moviéndolo durante la clase. Hoy, que la UDEP cumple 50 años, tenemos más medios materiales, pero la pasión por la verdad, la comprensión y la libertad, con responsabilidad personal en un ambiente de amable y alegre convivencia, son los mismos. ¡Un reto y una tarea que nos competen a todos!”.

“Desde que llegué (1998), la Universidad me ha dado mucho más de lo que imaginé. Aquí, he madurado como investigador; he aprendido, gracias al ejemplo de los mayores, a comprender y valorar mi papel como profesor. Y, algo más grande, aquí descubrí que haciendo bien mi trabajo ayudo a los demás: a mis alumnos y colegas.

Si soy diligente en el esfuerzo de cada día, puedo, verdaderamente, contribuir a hacer realidad las palabras del Santo Fundador: que la Universidad de Piura sea un gran bien para las almas. Esa es la meta que me motiva cada día. Estoy muy agradecido por ello”.

“Desde el año 87 he visto desarrollarse a esta Universidad. Puedo decir que ha salido adelante gracias a que se convirtió en nuestro proyecto, siendo así parte importante de nuestra vida. Tengo el honor y privilegio de contar con muchos amigos y he visto lograr lo imposible, en cuanto a enseñanza, investigación y asesoramiento.

Haciendo esta labor, además, nos hemos acercado un poquito a Dios, por lo que siempre hemos disfrutado de un ambiente de profunda alegría. Es importante que mantengamos estos valores: el aprecio y valoración del otro, la preocupación por su desarrollo, la comunicación y escucha permanentes; pero, sobre todo, la amistad verdadera que permita forjar amigos del alma”.

“Quiero, en primer lugar, felicitar a la Universidad de Piura por estos primeros 50 años de vida institucional; y, en segundo lugar, agradecer a todas aquellas personas que he ido conociendo a lo largo de los casi 25 años que tengo trabajando en esta prestigiosa institución. Sin duda, han sido años de continuo aprendizaje y de esforzado enriquecimiento tanto en el plano profesional y académico, como espiritual. Que vengan muchas más celebraciones para alegría de todos los que formamos parte de esta gran familia. Feliz aniversario, Universidad de Piura, un verdadero oasis intelectual”.

“Han pasado 34 años desde que llegué aquí a la UDEP y miro con nostalgia aquel tiempo maravilloso. La Universidad creció, y bien por ella y por todos los que se benefician de su influencia, y pienso que debe seguir creciendo, porque los piuranos y el país necesitan y merecen universidades como la UDEP, con profesionales que dejen huella en la actividad nacional. Me siento orgullosa de trabajar aquí, de que mi esposo y mis hijos sean egresados y de haber contribuido con mi trabajo y actitud a su fortalecimiento”.

“Tengo 37 años de servicio en esta Universidad y siento un enorme orgullo de haber contribuido con mi trabajo, a mantener la imagen de una universidad limpia y ordenada Mi papá, Hilario Chapilliquén Chapa, trabajó desde un inicio como guardián del campus; estuvo desde que colocaron la primera piedra del edificio central. Al fallecer él, me llamaron a trabajar en el área de limpieza. Tengo la suerte de celebrar los 50 años de la Universidad de Piura, de la cual he recibido mucho apoyo para mi familia”.