Le preguntamos a Jasmina Pirija cuál es su mejor recuerdo de la Universidad de Piura. No duda en contestar: “Las personas. Todos son muy amables y serviciales. Siempre trataron de integrarnos en la vida estudiantil”. Isabel Berg coincide con ella y asegura que esta es una de las razones por las que ha hecho varios amigos en poco tiempo.

Para Noelia Morales, las amanecidas marcaron su paso por nuestra universidad. Confiesa que llegó de España un poco desanimada con la carrera elegida (Ingeniería); pero, el desarrollo de proyectos reales, a lo largo de seis meses, le devolvió la motivación profesional.

Ramón Sola también agradece mucho los trabajos grupales, pues ha aprendido a trabajar en conjunto, dividir responsabilidades y exponer. “Nunca había expuesto con traje y corbata”, bromea. “Creo que eso está muy bien, porque te enseña a desenvolverte en público”.

El paso por la Universidad también se enriquece con las actividades extracurriculares que practican los alumnos. A Paola Espinosa siempre le encantó bailar, por eso se unió al taller de salsa. “Es estupendo que promuevan los clubes de arte y cultura, porque involucran al alumno con toda la Universidad, no solo con su salón de clases”, afirmó.

Steffi Mobius comenta que una de las cosas que más le agradó fue que los profesores fueran comprensivos con su situación de estudiantes de intercambio y, al mismo tiempo, les exigieran igual que a los alumnos peruanos. “Hicimos el intercambio para ser capaces de entender todo y alcanzar el mismo nivel. Y lo logramos”, expresa orgullosa.

Aprendizaje que traspasa fronteras (1)

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La Universidad es mucho más grande de lo que pensé” – Isabel.

“Incluso las amanecidas de estudio han sido buenas experiencias” – Noelia.

“El día a día en la Universidad ha sido muy exigente” – Ramón.

“Quedé impresionada con el Perú: paisajes impresionantes, cultura diversa, gente muy amable y la comida riquísima” – Jasmina.

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