“La vida siempre te dará oportunidades que no debes dejar pasar”. Es lo que siempre me decían mis profesores en el colegio. Un día llegó mi oportunidad: la convocatoria de la Beca Vocación de Maestro, del Pronabec. Y luché hasta obtenerla y cumplir uno de mis más grandes sueños: ser profesor de Matemáticas. Desde siempre me ha gustado enseñar, incluso iba a la casa de mis compañeros para apoyarlos a resolver los ejercicios que nos dejaban en la escuela.

En la Facultad de Ciencias de la Educación he podido conocer a excelentes personas que vienen de distintas partes del Perú, con las que comparto el ideal de sacar adelante la educación en nuestro país, brindar una enseñanza adecuada para que las personas tengan las herramientas necesarias para desenvolverse en la vida.

En estos tres años, he aprendido muchas cosas que me servirán en mi futuro docente. Educación no es una carrera fácil, como piensa una mayoría, pues debemos educar a la persona, un ser complejo de conocer. Aprendí también a enseñar de manera sencilla y didáctica, gracias a la calidad académica y humana de nuestros profesores.

Por otra parte, con mis compañeros no solo compartimos momentos de aprendizaje, sino también de diversión, como cuando jugamos fútbol o disfrutamos de algún almuerzo.

Todos tuvimos un año difícil, por los desastres originados en la región debido al Niño Costero. Catacaos fue quizá una de las localidades más golpeadas. Allí vivo, en Nuevo Catacaos. La mayoría de familias –la mía también– sufrieron la inundación y el derrumbe de sus viviendas, elaboradas de carrizo, madera y estera. Perdimos lo poco que teníamos.

[beautifulquote align=”full” cite=”Cristhian Bautista”]“La vida siempre te dará oportunidades que no debes dejar pasar”.[/beautifulquote]

Durante este tiempo enfermé de dengue. Sin embargo, a pesar de los problemas pudimos salir adelante gracias al apoyo de mis familiares y de profesores y amigos de la Universidad. La solidaridad y el espíritu fraterno que se vive en el campus se reflejaron en todo el apoyo que me brindaron en aquellos momentos complicados. Nos llevaron víveres y, sobre todo, un gran mensaje: “siempre estaremos apoyándote en las buenas y en las malas”.

Seguiré estudiando con el mismo esfuerzo de siempre, con tal de llegar a ser un gran maestro, que contribuya a formar a las personas que serán el futuro de nuestro país.