La primera vez, llegó a ocho ciudades, entre ellas Piura donde miles de personas recibieron su bendición en Campo de Polo, Castilla.

Martha y Martín Mares Ruiz (arriba), entonces estudiantes, le obsequiaron una Custodia colonial de plata en nombre de los amigos, trabajadores, alumnos y exalumnos de la Universidad. El Capellán mayor, P. Vicente Pazos, le dio e impuso la insignia de la UDEP (abajo).