A poco de egresar de la Facultad de Ingeniería en 1983, año de grandes retos por los efectos de El Niño, Dante Guerrero Chanduví inicio su vida profesional en el Oleoducto Norperuano, para luego abrazar la docencia universitaria en nuestro campus, la cual ejerce hasta hoy.

Inició como “futuro docente”, en 1984. A finales de este fue contratado como profesor de la facultad. Iniciaba así una larga andadura de docencia, investigación y trabajo en la cual ya lleva 37 años, y que lo han convertido en uno de los pilares de la facultad y de la Universidad de Piura.

En este lapso, el doctor y máster en Ingeniería, Dante Guerrero, ha realizado diversas funciones de servicio académico. Hoy es profesor principal de pre y posgrado; y director del Programa de Maestría en Dirección de Proyectos. Además, ha ejercido varios cargos directivos en la UDEP: como director de estudios, administrador general, secretario general, vicerrector de investigación y ordenación académica y decano de la Facultad de Ingeniería.

De 1989 al 2011, participó en la puesta en marcha y en el Comité de Dirección de los colegios Turicará y Vallesol en Piura; y Algarrobos y Ceibos, en Chiclayo. Además, ha sido vicepresidente de la Asociación Peruana de Dirección de Proyectos (APDP) con el enfoque de la International Project Management Association (IPMA), refiere.

Su área de conocimiento son los proyectos y su especialización está orientada a las competencias profesionales en la dirección de estos. Está convencido de que si están bien diseñados y ejecutados son de gran ayuda al desarrollo de la sociedad: “la profesionalidad, el respeto, la conciencia pública y la ética son primordiales en los proyectos de desarrollo sostenible, como la sostenibilidad medioambiental y el respeto por la naturaleza. El objetivo principal es resolver problemas, sin complicar ni crear otros mayores”, ha expresado en un artículo.

Su sello personal

El trabajo bien hecho, realizado con la mayor perfección posible, la exigencia y la agudeza investigativa han sido siempre su sello personal, cosa que transmite, a sus alumnos y a quienes laboran con él; así como su preocupación por buscar mejoras para la facultad y para la universidad. Está “atento a muchas cosas a la vez y se da tiempo para todo: para su familia, para los amigos, para su vida espiritual, y el footing, su deporte predilecto. Es una persona con muy buenas ideas y, además, sabe escuchar las opiniones de quienes trabajan con él”, sostienen sus compañeros de trabajo.

“Me siento afortunado por la formación recibida en la universidad desde la etapa de estudiante. Esta no solo la recibí en las aulas de Ingeniería o llevando todos los cursos electivos de Humanidades, de esos años, sino también a través de la convivencia culta con profesores, amigos y compañeros en el campus, participando o promoviendo actividades culturales y formativas”, sostiene, al recordar cómo se forjó su vocación docente.

Destaca la influencia recibida de sus profesores, quienes predicaban con el ejemplo, como Ramón Mugica, Rafael Estartús, Miguel Samper y otros. También comenta que como universitario participó en clases, charlas, conferencias y tertulias de profesores visitantes, entre ellos Gonzalo de Reparás, Vicente Rodríguez Casado, Juan Antonio Pérez López, Leonardo Polo y otros. “Cada experiencia, consejo, charla, reunión y convivencia fueron perfilando mi conducta y, efectivamente, me han hecho mejor persona y mejor profesional”.

Rol actual del profesor universitario

“En esta crisis sanitaria, los profesores universitarios hemos demostrado capacidad de liderazgo e innovación para asegurar que nuestros alumnos sigan aprendiendo a través de la aplicación de nuevas metodologías, tecnologías y aplicaciones informáticas. Y, han dejado muchas evidencias de un acompañamiento continuo, velando por que ningún alumno quede rezagado”.

“Los tiempos actuales nos presentan muchos escenarios. Animo a mis alumnos, a mis compañeros de labores, a verlos como un tiempo de aprendizaje en el que se nos abren las ventanas del mundo a través de la magia de la tecnología. Esto nos invita a pensar que el futuro no se ‘prevé’, el futuro se ‘diseña’ con los desafíos del presente y las lecciones aprendidas del pasado”.