Estoy convencida de que la etapa universitaria no tiene que ser solo sinónimo de trabajos, exámenes y laboratorios. Sin duda, adquirir la mayor cantidad de conocimientos es parte fundamental de la formación de todo profesional; sin embargo, trabajar en ser cada vez más humano, más consciente y conocedor de la realidad que nos rodea es lo que hace que seas un profesional íntegro.

UDEP me ha dado la oportunidad de equilibrar mi vida universitaria con actividades que siempre quise hacer, por ejemplo, pertenecer a CIMA, un grupo de voluntariado ambiental que ha realizado muchos proyectos, en los cuales los principales beneficiarios han sido niños y familias enteras de bajos recursos. Hoy, este forma parte del Voluntariado Municipal Ambiental (VAM-Piura). Por otra parte, participar en un maravilloso proyecto de catequesis en Enace, iniciativa liderada por el padre Alberto Garnique, hizo de mi tercer año en la Universidad uno inolvidable, por el cual siempre estaré agradecida con Dios y con quienes lo han hecho posible.