Cuando hablamos de informalidad empresarial es común que se piense solo en las empresas. Sin embargo, este tema es más complejo porque incluye también a muchas empresas que empezaron el proceso de formalización, con el registro para el pago de impuestos, pero que a la fecha no concluyen dicho proceso, pues no han registrado a sus trabajadores o no cumplen con todas las normas vigentes para que puedan operar; por lo tanto, aún presentan algún nivel de informalidad.

Según la Encuesta Nacional de Hogares (Enaho, 2018), el 75% de las micro y pequeñas empresas no se encuentran registradas, es decir, son absolutamente informales; pero el 25% restante que tiene al menos un registro tributario, no brinda beneficios a sus trabajadores, por lo que se las considera como empresas con informalidad moderada.

Los factores que influyen en la decisión del empresario de operar con algún nivel de informalidad son diversos, como la falta de confianza en las instituciones gubernamentales por la excesiva burocracia y por la corrupción e ineficiencia en la asignación de impuestos; todo esto lleva al empresario a considerar que la formalización le genera mayores costos que beneficios.

Existen otros factores que determinan la informalidad empresarial y que están relacionados con el contexto: la actividad económica, las redes de contacto más cercanas, el nivel de educación, la falta de oportunidades laborales, las costumbres en una sociedad. Todo ello conduce a que el empresario prefiera seguir siendo informal, como parte de su estilo de vida. Además, estas empresas no tienen mayores conocimientos en gestión, para diseñar estrategias empresariales con una visión de crecimiento sostenido. Solo actúan en base a su liquidez inmediata, con lo que sobreviven día a día.

Ahora, en el periodo de crisis que estamos viviendo debido a la pandemia del COVID-19, el Gobierno ha establecido una serie de políticas dirigidas, principalmente, a las empresas formales. Les ha otorgado préstamos para capital de trabajo con tasas de interés muy bajas y con atractivos periodos de gracia; lamentablemente, son muy pocas las que pueden acceder a estos beneficios. Por otro lado, también se dieron incentivos laborales para los trabajadores, quienes pueden acceder a bonos o retiros parciales de su CTS o de su AFP para solventar sus gastos urgentes, pero estos beneficios no son accesibles a los trabajadores informales.

Frente a esta realidad y en estos tiempos de pandemia que estamos viviendo, es necesario que las empresas se formalicen a través de los canales digitales que se han implementado, y que se capaciten para que puedan reinventar sus negocios informales y sean parte de la comunidad de las empresas formales.

Nos encontramos en circunstancias adversas e inéditas. Jamás pensé que lo que inició como un problema de salud en el otro lado del planeta, llegaría a nuestro país con tanta fuerza.

 

La oportunidad para reinventarnos

NICOLE NORIEGA ARCE

Medicina Humana, VIII ciclo, Campus Limae

Con la pandemia, todos tuvimos que tomar medidas de seguridad y prevención; y, como estudiantes de Medicina Humana, debimos implementar, además, medidas para cumplir nuestras metas.

Uno de estos cambios ha sido establecer horarios fijos. Al comienzo pensábamos que estando en cuarentena, sin poder acudir a las prácticas hospitalarias, tendríamos más tiempo para estudiar y para todo; pero, fue todo lo contrario.

La organización ha sido clave para lidiar con esta nueva realidad. Organizar mi tiempo libre entre clases, para avanzar tareas, me ayudó a culminar mis objetivos diarios y a tener tiempo para participar en actividades extracurriculares.

Antes de la pandemia, salía a caminar para combatir el estrés; pero, tuve que dejar de hacerlo. Luego, me di cuenta de que no tenía por qué reprimir esta costumbre; y, con las medidas de seguridad necesarias, he vuelto a realizar las caminatas, que le otorgan un balance a mi vida.

Tal como yo me he adecuado a la situación, cada uno de nosotros ha encontrado la manera de hacerlo. Hemos decidido dejar de ver el contexto actual como un “encierro” o un problema, para mirarlo como una oportunidad para innovar y reinventarnos.

 

LAS EMPRESAS FRENTE AL CAMBIO

ÁNGELLA PUICÓN LÓPEZ

Administración de Empresas, VII ciclo, Piura

La pandemia generada por el coronavirus ha traído como consecuencia una grave recesión económica, tanto así que todas las economías, inclusive las más desarrolladas, se han visto afectadas, pues la mayoría de los sectores que las mantienen activas han dejado de operar para poder cumplir con las regulaciones del Estado.

Por esta razón, surge en las empresas la necesidad de elaborar un plan de acción que les permita adaptarse al cambio y buscar-incesantemente- una serie de estrategias para hacer frente a la situación, con el ánimo de seguir operando sin poner en riesgo a sus trabajadores y a la organización.

Actualmente, nos llega la noticia de que algunas empresas, como las aerolíneas, los negocios de moda y entretenimiento, entre otros, que satisfacían distintas necesidades de los consumidores, están quebrando.

Por tal motivo, es indispensable pensar cómo reinventarse y adaptarse a la nueva situación, pues se da por hecho que la vida no volverá a ser como antes, y que solo las empresas que innoven y emprendan nuevas estrategias se mantendrán en competencia.