Tan pronto egresó, colaboró en la Oficina de Pensiones y dando clases de Informática a profesionales locales y a alumnos de Administración de Empresas, para dedicarse luego a la docencia en Dirección de Empresas en la universidad.

Paul Corcuera García, doctor en Ciencias Económicas y Empresariales y profesor principal en la facultad del mismo nombre, egresó con la promoción 84, de Administración de Empresas de la UDEP. Desde muy joven, desempeñó tareas de servicio como: secretario general, administrador general encargado, decano de su facultad y vicerrector de profesores. Es director del Instituto de Ciencias para la Familia (ICF), desde su fundación. En sus años universitarios, no imaginó ser profesor en su ‘alma mater’ ni compartir una vida, tan acompañada y unida en intereses profesionales con quien luego sería su esposa, Mariela.

Es un apasionado del deporte y un recordado mediocampista de la selección de la UDEP. “El tipo de jugadores que he admirado y tratado de emular son aquellos jugadores cerebrales que hacen jugar al equipo. De niño, Chale era mi referencia; luego, César Cueto”. Como buen culé, Xavi e Iniesta son modelos indiscutibles. Esto lo atestiguan los “muchachones” y colegas que frecuentaban antes de la pandemia las canchas de la universidad.

¿Por qué profesor en Piura?

Al recordar por qué se hizo profesor universitario, Paul destaca: “la dimensión trascendente de la labor docente, la figura atractiva y paradigmática de los profesores mayores de aquella época y el inigualable ambiente de trabajo”. Su natal Trujillo permanecería en su corazón.

“Uno de los roles más importantes del profesor es el compromiso serio de serlo; más aún en una universidad fundada por un santo. Enorme es la responsabilidad de influir en las mentes y en la vida misma de jóvenes en busca de un propósito. Es por demás atractivo desarrollar su conocimiento abstracto, su entendimiento y virtualidad aplicados al proceso de toma de decisiones y a la resolución de problemas humanos en la empresa”.

Animado por el doctor Pablo Ferreiro, en 1990 comienza a dictar el curso “Factor Humano”, hoy Gobierno de Personas. Tarea ardua para un profesor joven que se iría desarrollando en un campo académico que está en el meollo de la misión institucional.

A propósito del amor humano

El 2005, con la creación del ICF, a cargo de un grupo promotor, “la universidad manifiesta su deseo de que la capacidad de investigación se oriente a profundizar en dos realidades fundamentales de la persona: el matrimonio y la familia.La figura de la doctora Luz González, fue fundamental”.

“Desde entonces, los proyectos no han parado: las asignaturas de Educación para el amor, la investigación World Family Map, la web sobre La Alegría del Amor, un fondo bibliográfico propio, los webinars ofrecidos y la segunda edición de la Maestría en Matrimonio y Familia con alcance internacional son pruebas fehacientes de la madurez y perspectivas de este centro”. “La importancia de la familia es imperecedera; somos seres familiares. Esta realidad humana es fuente de aprendizajes permanentes. De allí el valor, cuidado y protección que se le debe otorgar a cada familia concreta. La lógica de la familia es la del amor, capaz de acoger y proteger al que más lo necesita; distinta a la del mercado o del interés”, dice con firmeza.

Retos pendientes

Con su trayectoria, Paul solo tiene retos pendientes: publicar su visión de la dirección de personas, no en vano su tesis doctoral, defendida en el IESE, es muy consultada para comprender la naturaleza del trabajo directivo. Profundizar en el amor humano como una forma de gratitud de lo vivido, le parece otra acción consistente.

 

Para sus alumnos

A quienes dialogan con él en las asignaturas que imparte en pre y posgrado, Paul les recuerda que “ellos son a la vez los labradores y protagonistas de su propio destino. No están condicionados por las circunstancias personales, familiares ni tan siquiera por la sociedad. Están preparados para trabajar con competencia y para amar con grandeza. Esto es lo que auguran, para los egresados de una universidad como la nuestra, las enseñanzas de su fundador institucional, San Josemaría”.