¡Qué bárbaro!
Por Carola Tueros, publicado el 13 de marzo de 2017Solemos utilizar esta locución interjectiva cuando nos asombramos por algo bueno o malo. En el sorprendente mundo del lenguaje exclamamos ¡qué bárbaro!, en sentido positivo, si una persona tiene buen dominio del idioma: ¡Qué bárbaro!, es un trome exponiendo. No obstante, clamamos con una connotación negativa si, por el contrario, presenta demasiadas faltas lingüísticas: ¡Qué bárbaro!, es el rey de los barbarismos. A propósito, nos centraremos en los barbarismos.
El sustantivo masculino barbarismo, del latín barbarismus, es una incorrección lingüística tanto en la pronunciación como en la escritura, un empleo de vocablos impropios y extranjerismos no incorporados totalmente al idioma, según el Diccionario de la lengua española (2014).
Analizando esta definición, confirmamos que al enunciar palabras inadecuadas, al acentuarlas equivocadamente o al realizar un cambio de letra o letras injustificado, incurrimos en el vicio del lenguaje conocido como barbarismo: *areopuerto por aeropuerto, *antidiluviano por antediluviano, *dentrífrico por dentífrico,*diabetis por diabetes *andé por anduve, *carácteres por caracteres, *régimenes por regímenes, *espúreo por espurio, *haiga por haya, *váyansen por váyanse, *siéntesen por siéntense, *tragiversar por tergiversar, etcétera.
Por otro lado, cuando usamos voces extranjeras innecesariamente, ya que existen palabras equivalentes en español, cometemos, asimismo, barbarismos: Asistí a un asombroso show en vez de Asistí a un asombroso espectáculo, Ir con ropa sport en lugar de Ir con ropa informal o deportiva, Despidió a su staff en sustitución de Despidió a su personal, etcétera. En este punto, cabe aclarar que un extranjerismo puede ser empleado correctamente si cumple con todas las normas lingüísticas, no posee ningún término similar en español y ha sido aprobado por la Real Academia Española, ejemplos: apartheid, ballet, blues, byte, geisha, jazz, pizza, reggae, rock, sheriff, software, etcétera.
La variedad de barbarismos, en definitiva, es extensa, encontramos diferentes tipos: sustantivos (*arioplano o *aereoplano por aeroplano, *agüelo por abuelo, *cóptel por cóctel o coctel, *cónyugue por cónyuge, *epiteto por epíteto, *polvadera por polvareda), adjetivos (*anerobios por anaerobios, *antifebrífuga por febrífuga, *disminutivo por diminutivo, *enquencle por enclenque, *toráxico por torácico), verbos (*enquilosar por anquilosar, *espaventar por aspaventar, *amedentrarnos por amedrentarnos, *conetó por conectó, *deciba por decía), adverbios (*media muerta por medio muerta; *alante por delante, *inclusives por inclusive), mal uso de pronombres (*amémosno por amémonos, *díceselo por díselo), de preposiciones (*jabón a la glicerina por jabón con glicerina, *tejió una chompa en alpaca por tejió una chompa de alpaca, *visto a grosso modo por visto grosso modo), de artículos (*el alma mater por la alma mater, *el aguanieve por la aguanieve, *la tranvía por el tranvía), conjunciones o locuciones conjuntivas (*osá por o sea, *no obstante de por no obstante), etcétera.
Algunos barbarismos con el paso del tiempo son aceptados por las academias de la lengua debido al uso normal entre las distintas comunidades lingüísticas, por lo tanto, dejan de ser incorrecciones o vicios del lenguaje. Citamos ejemplos colocando entre paréntesis la forma culta o correcta y en cursivas la admitida: ardientísimo (ardentísimo), apoteótico (apoteósico), autentificar (autenticar), buenísimo (bonísimo), camuflajear (camuflar), coaligarse (coligarse), constelado (estrellado), decimoprimero (undécimo), decimosegundo (duodécimo), eleccionario (electoral), endócrino (endocrino), el coliflor (la coliflor), pararrayo (pararrayos), polícroma (policroma), vagamundo (vagabundo), al objeto de (con el objeto de), en la mañana (por la mañana), etcétera.
A cuidar, por ende, de nuestra expresión evitando barbarismos, pues no queremos que nos llamen bárbaros con sentido peyorativo por tener un estilo un tanto inculto, basto o descuidado; sino, más bien, que nos digan bárbaros o ¡qué bárbaro! por ser espléndidos oradores, escritores o redactores. ¡Seamos los bárbaros del siglo XXI reconocidos por una buena competencia lingüística y dominio del lenguaje! Sí a las palabras y no a los palabros.
¿Existen grados de barbarismos? ¿Uno es tan bárbaro si dice “diabetis”, como el que escribe “¿haver, que pasa aquí?”
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¿Somos todos bárbaros por aquí, ya que pronunciamos “corasón”? (la zeta y otros parecen ser válidos en la escritura, mas no en el lenguaje oral)
Estimado Carlos:
No existen grados de barbarismos. Sí se puede hablar de una diferenciación:
– Barbarismos por escritura incorrecta (mal uso de letras, tildación impropia, etcétera). Aquí estaría el ejemplo que usted expone *haver en lugar de a ver (preposición a + el verbo ver), *que (sin tilde) por qué (tildada). Lo correcto es: A ver, ¿qué pasa aquí? También *diabetis por diabetes si la escribe con la vocal i en vez de la vocal e o quizá *haver con la letra v en lugar de haber con la letra b.
– Barbarismos por pronunciación incorrecta (mala articulación, acentuación incorrecta, etcétera). En este rubro podemos clasificar también al término *diabetis /diabétis/ (pronunciado con i) en vez de diabetes /diabétes/ (pronunciado con e). Otro ejemplo: *set /sét/ (pronunciado con t) en vez de sed /séd/ (pronunciado con d) con la acepción de ‘gana y necesidad de beber’.
– Barbarismos por uso de vocablos o giros indebidos (mal uso de extranjerismos, latinismos, vulgarismos, neologismos, etcétera): *airbus por aerobús, *ab eterno por ab aeterno (‘desde la eternidad’), *pieses por pies, *alcoerexia por alcohorexia, etcétera.
Debe saber que en el español americano no es un barbarismo ni vicio de lenguaje pronunciar el fonema consonántico fricativo sordo /s/ (letra s en la escritura) en lugar del fonema consonántico interdental sordo /θ/ (letras z o c en el lenguaje escrito). Por lo tanto, no somos bárbaros, sino seseantes al pronunciar /korasón/ (en letras: corasón) por /koraθón/ (en letras: corazón). Si cometeríamos barbarismo si en la escritura colocáramos la letra s cuando le corresponde z o c: *corasón por corazón, *sesina por cecina, *sorro por zorro, etcétera.
Esperamos haber resuelto su inquietud.
Saludos cordiales,
Castellano Actual
Castellano Actual, muchas gracias por su pronta y oportuna respuesta que nos explica o recuerda lo que la RAE dice “barbarismos” y que no hay grados de “barbarismosidad”, si el término es adecuado y está registrado.
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La siguiente descripción la encuentro con un buscador en la web:
“Barbarismo, según el punto de vista normativo reflejado en el Diccionario de la lengua española (DRAE) de la Real Academia Española (RAE), «es una incorrección que consiste en pronunciar o escribir mal las palabras, o en emplear vocablos impropios» .”
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Cuando dice que “es una incorrección que …” me hace pensar que sería conveniente que la RAE revisara la terminología y cambie “barbarismo” por “incorrección”. Barbarismo me lleva a pensar, ver y saber lo que el DRAE dice de “barbaridad”. ¿Será posible?
Con la “Recomendación del día” de la Fundéu que declara a uberización y uberizar como, términos válidos se abre la puerta para la creación de nuevos vocablos, como podría ser la “toyotización” del transporte local, dado el número de vehículos de la marca Toyoya.
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No sé si es bueno o no, pero sería interesante saber cuáles son las normas o pautas para la creación de nuevos vocablos.
FUNDÉU Recomendación del día: uberización y uberizar, términos válidos .
Creo que los de la RAE entraron en trompo. ¿Qué les parecen estos dos nuevos términos aceptados?
Si UBER ha derivado en un verbo, se puede decir que otros sustantivos también se pueden “verboralizar”, comenzado por “verboralizar” que no sé si existe.
Ahora sin rubor, podremos hablar de la rompemuellelización de las calles de Lima.
Nos dice la Fundéu que:
“El sustantivo turistificación es un término bien formado con el que se alude al impacto que tiene la masificación turística en el tejido comercial y social de determinados barrios o ciudades.
En la prensa se pueden encontrar frases como «La turistificación que incide de manera depredadora en los precios de la vivienda y en la configuración comercial» o «Numerosas organizaciones y colectivos estuvieron presentes en la manifestación contra la excesiva turistificación de Barcelona».
Este sustantivo y el verbo turistificar, que también se emplea habitualmente, se refieren al impacto que tiene para el residente de un barrio o ciudad el hecho de que los servicios, instalaciones y comercios pasen a orientarse y concebirse pensando más en el turista que en el ciudadano que vive en ellos permanentemente.
Con este sentido, también se emplea, aunque en menor medida, la alternativa turistización, que tampoco cabe censurar y que se usa además para indicar, de manera más neutra, que algo se hace más turístico, como en «Buscamos la turistización de los eventos que se celebran en la ciudad».
Se recomienda mantener esta especialización semántica que el uso parece apuntar entre una turistificación centrada más en el efecto, generalmente —aunque no solo— negativo, y una turistización más neutra, ya que puede resultar muy útil en las informaciones.”
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Se acerca el día en que acepten “aperturar” como verbo bien formado.
Ahora falta que se incluya el término (si es que ya no lo está) “desbarbarización”, aplicable a los llamados “barbarismos” que por uso y costumbre dejan de serlo.
Ahora falta que se incluya el término (si es que ya no lo está) “desbarbarización”, aplicable a los llamados “barbarismos” que por uso y costumbre dejan de serlo.