A nuestro padre, al viejito, al taita querido
Por Alexis Reto Agurto, publicado el 15 de junio de 2012El tercer domingo de junio se rinde homenaje en todo el Perú a nuestro “padre”, “papá”, “viejo” o “viejito”; asimismo en el campo, en la sierra o en las comunidades andinas que hablan quechua o aimara felicitarán a su “taita”, “taitito” o “taitita”, como ejemplificaba Francisco Vegas Seminario en la novela Taita Yoveraqué, o con otras palabras como “taytacha” (papito) o “taytakuna” (padres de familia), usadas por los pobladores de San Juan de Lukanas (Ayacucho) en los cuentos indigenistas de José María Arguedas. Distintos lingüistas y lexicógrafos han recogido la palabra “taita” en diferentes zonas del Perú: el reconocido geógrafo Javier Pulgar Vidal en sus Notas para un diccionario de huanuqueñismos (1967) la incluye con el sentido de ‘padre de familia’, pero además aprovecha la ocasión para anexar un uso peculiar “taita burro” que se refiere al ‘jumento que se utiliza para conducir la imagen de Nuestro Señor Jesucristo durante la procesión de Domingo de Ramos’. Edmundo Arámbulo Palacios la integra en su Diccionario de piuranismos (1995) para aludir al ‘padre o jefe de la casa’, asimismo agrega “taitito Dios” que se usa en la ‘invocación al Padre Dios’. Miguel A. Ugarte Chamorro la registra en su Vocabulario de peruanismos (1996), precisando la ubicación geográfica en que se usa más en la “sierra” y el rasgo pragmático que caracteriza su uso como ‘tratamiento respetuoso’. La palabra “taita” se usa en las zonas rurales del Perú, así como en las de otros países americanos: Marcos Morínigo la incluye en su Diccionario de americanismos (1966) recalcando su referencia al ‘padre o jefe de familia’ y su uso como ‘tratamiento de respeto’, en algunos países como Argentina, Chile y Perú. Alfredo Neves la registra en su Diccionario de americanismos (1973) considerando incluso que es de “raíz guaraní” y que se usa como ‘tratamiento de cariño a los padres de familia’, asimismo afirma que en Cuba y Puerto Rico suele aplicarse a ‘los negros ancianos’ y que en la región rioplatense (Uruguay y Argentina) significa ‘cacique, valiente, caudillo’. Además, añade otra de sus pronunciaciones “taíta” y el de su diminutivo “taitito”.
Martha Hildebrant en su libro Habla culta (o lo que debería serlo) (2000) analiza al detalle el término “taita”, concluyendo que no proviene del quechua (en el que “yaya” significa padre) ni del aimara, ni del azteca ni del guaraní como se afirmó antes, sino de la palabra latina “tata” (‘padre’) que se habría unido con la expresión vascuence (del País Vasco, región autónoma de España) “aita” que también significa ‘padre’, y que empieza a aparecer en documentos desde el siglo XV.
La edición actual del Diccionario de la Real Academia Española (2001), incluye la palabra “taita” con la misma etimología (del latín “tata”), y agrega el significado de ‘voz infantil con que se designa al padre’, lo que recuerda que es una de las primeras palabras que aprenden los niños producto del desarrollo de su aparato fonador, no porque quiera más al papá que a la mamá.
El Diccionario de americanismos (2010), publicado por las Academias de la Lengua Española en América, presenta una amplia lista de países de Centro América (Honduras, El Salvador, República Dominicana) y de América del Sur (Colombia, Bolivia, Venezuela, Ecuador, Perú, Chile, Argentina y Uruguay) en cuyas zonas populares rurales “taita” significa ‘papá’. Sin duda, la palabra “taita” ha logrado conservarse y difundirse aún más en el habla tradicional y típica de la mayoría de zonas americanas campestres o andinas. Finalmente, queríamos desearle un ¡Feliz Día! al padre, al viejito, al taita querido.
Excelente información,
Gracias
Alguno se preguntará, ¿qué hace aquí, por qué hoy, en marzo, evocar el Día del Padre?
Pues, “En lugares como España e Italia se festeja el 19 de marzo (por San José, padre de Jesús), debido a la tradición cristiana.”, leo por ahí.
Para nosotros, los peruanos, la celebración es en junio. Algo me recuerda…
No sé cómo o porqué, hace un tiempo en una reunión parroquial celebrando el Día del Padre con una buena audiencia, alguien me pidió que me acerque al podio y cuente algo de mi experiencia. Acepté y ahí fui.
Lo primero que hice al hablar fue una aclaración previa, por lo que dije:
“No se asombren por lo que voy a decir, pero les tengo que confesar algo: NO HE TENIDO PADRE”.
Es de imaginar la sorpresa de todos que se manifestó en murmullos y silencios Seguí:
“No he tenido padre, YO SOLO HE TENIDO PAPÁ”.
Y me gané a la audiencia, que respiró tranquila. De lo que hable es algo que no menciona la no muy reciente nota sacada de “Comentarios Recientes” que la reaparecen hoy. Hay un gran diferencia entre la solemnidad de “padre” y lo que es para muchos de nosotros “papá”.