¡Cuán difícil resulta!
Por Bertha Guzmán, publicado el 1 de noviembre de 2023Cuán difícil resulta la jornada,
cuán duro el camino cuesta arriba,
cuando los ojos se empañan de la nada
y no se atreve a reír ya la alegría.
Esta estrofa cargada de melancolía nos sirve de pretexto para detenernos a comentar un término que está cayendo en desuso: la palabra cuán que, en el ejemplo, inicia los dos primeros versos. Recordemos que tanto cuán como cuan son formas apocopadas de cuánto y cuanto, respectivamente. En este artículo, nos ocuparemos de la primera.
Cuán es un adverbio interrogativo o exclamativo que se antepone a adjetivos (¿Cuán nueva está la mercadería?; ¿Cuán oscura estaba la calle?; ¡Cuán bello es!; ¡Cuán memorable partida!) y a adverbios (¿Cuán lejos es?; ¡Cuán bien te queda!, ¡Cuán poco conocía del mundo!). Posee tonicidad, por tanto, siempre debe llevar tilde diacrítica para diferenciarse de su par cuan (Es mujer tan interesante cuan difícil de conquistar; Son peligrosísimos: traen el alma tan llena de maldad cuan vacía de remordimiento). Asimismo, puede introducir interrogaciones o exclamaciones indirectas: No sé cuán caro es; No me imagino cuán fiel será este animal; Ya verán cuán extraordinarias maravillas encierra este álbum; Había confesado cuán ilusionado estaba con ese viaje.
Con el paso del tiempo, el adverbio cuán se va usando cada vez menos, tanto en el español americano como en el europeo. Actualmente, se limita a registros cultos o a la lengua literaria. La Nueva Gramática de la lengua española (2019, 1648) señala que en el español europeo y en el rioplatense ya no se utiliza la forma cuán en las interrogativas directas (¿Cuán alto es?; ¿Cuán lejos está la casa?) y que, en su lugar, suele emplearse la construcción coloquial como de (¿Cómo de alto es?; ¿Cómo de lejos está la casa?). Algo similar ocurre en gran parte del español americano, donde cuán viene cediendo su lugar a la construcción coloquial qué + tan: ¿Qué tan cierto es eso?; ¿Qué tan lejos vive?; ¿Qué tan seguido viene?, ¿Qué tan malo puede ser?
En las oraciones exclamativas, cuán también va siendo reemplazado por otras formas como el adverbio exclamativo qué (Ya verás qué contentos se van a poner; Pruebe qué buenos son estos dulces); la construcción lo + adjetivo + que (Ya verás lo contentos que se van a poner; Pruebe lo buenos que son estos dulces); la fórmula coloquial cómo de (Ya verás cómo de contentos se van a poner; Pruebe cómo de buenos son estos dulces).
Finalmente, vale la pena precisar que en español cuán aún sigue conviviendo con otras formas que, poco a poco, lo van reemplazando. Así es, estimado lector, tenemos un ejemplo más de cuán cambiantes se tornan las preferencias en la lengua: unas palabras nacen y otras, como cuán, van cayendo en el olvido.