Cuchareables
Por Shirley Cortez González, publicado el 28 de agosto de 2024El reciente auge de los cuchareables en Perú ofrece una oportunidad para explicar algo sobre el sufijo −ble, tan productivo en español, especialmente, en la formación de adjetivos.
Según la Nueva gramática de la legua española (2009: 7.10a), «El sufijo −ble procede del latino –bĭlis, que casi siempre formaba adjetivos a partir de verbos». Esta tendencia del latín se mantiene en español, puesto que muchos de los adjetivos formados a partir de este recurso se unen a una base verbal, denotando así un «sentido pasivo y modal» de dicha acción. En el caso del adjetivo cuchareable, aplicado a un postre o a una comida, se interpreta como ‘que puede ser comido con cuchara’.
El sufijo −ble, unido a una base verbal, va precedido de la vocal a− si le sigue un verbo de la primera conjugación (los terminados en −ar), o de la vocal i, si le siguen los verbos de la segunda o tercera conjugación (los terminados en −er, −ir): destac-a-ble, verific-a-ble, cre-í-ble, beb-i-ble, asum-i-ble.
También es posible que el sufijo −able acompañe a una base sustantiva, especialmente para designar cargos, profesiones para indicar ‘que puede llegar a ser…’, ‘candidato a…’, como en papable, presindeciable, congresable, que suelen aparecer en coyunturas sociales o políticas.
No obstante, no todos los adjetivos terminados en −ble son adjetivos derivados. Para diferenciarlos, es posible recurrir a algunas comprobaciones. Por ejemplo, los derivados admiten la compañía de un adverbio intensificador terminado en −mente: fácilmente cuchareable, difícilmente ubicable, lo que no es posible con adjetivos como amable o sensible que, en cambio, pueden usarse también como adverbios terminados en −mente: amable > amablemente. Asimismo, los derivados admiten la paráfrasis «que puede ser»: transportable = ‘que puede ser transportado’; cuestionable = ‘que puede ser cuestionado’; dable = ‘que se puede dar u ocurrir’, inoxidable = ‘que no se puede oxidar’, inolvidable = ‘que no se puede olvidar’.
Por último, ya que se trata de adjetivos, estos pueden convertirse en sustantivos. Tal es el caso de cuchareable, que surge primero como adjetivo (cuyo uso se registra en textos escritos desde 2011 en Colombia: yogur cuchareable), pero que en el habla peruana actual ha pasado a emplearse preferentemente como sustantivo, por lo que puede ir precedido de artículo o determinante (los cuchareables que debes probar), puede ser modificado por un adjetivo (el mejor cuchareable) o ir seguido de un complemento que inicia con la preposición de para especificar el contenido (dulce o salado): cuchareable de chocolate, cuchareable de alfajor, cuchareable de arroz con pollo, cuchareable de pollo a la brasa. En este uso como sustantivo, el cuchareable se refiere especialmente a la presentación de la comida que, generalmente, se ofrece en un vaso o recipiente redondo (táper o bol ).