Dualidad en las palabras
Por Lady Olivares, publicado el 11 de septiembre de 2012Todo en el mundo se mueve por contrarios: cielo y tierra, bien y mal, vida y muerte, etc. Una de estas parejas de contrarios es derecha / izquierda.
“Derecho”, del latín “directus” (‘directo’), se relaciona con lo justo, lo correcto, lo legal, lo sincero, de allí frases como: “Ándate derecho en los estudios”, con el sentido de ‘hacer bien las cosas’ o “Me gustan las cosas derechas”; es decir “Me gustan las cosas correctas”; por el contrario, “izquierda” es la antítesis, es lo torcido, lo no recto, lo que no tiene valor, así pues, a nadie le gusta ser catalogado como un “cero a la izquierda”. Las connotaciones (significados) de estas palabras las evidenciamos gráficamente en la imagen de la parábola del juicio final, según la cual, los justos aparecen a la derecha de Cristo y los pecadores a su izquierda en espera del castigo eterno.
Ahora bien, para analizar el origen de estos significados opuestos, tendríamos que hacer referencia a la palabra “diestro” (sinónimo de “derecho”) la cual proviene del latín “dexter, dextra” (‘derecha’); su término contrario es “siniestro”, que derivaría del latín “sinester”, opuesto de “dexter”. Por lo tanto, etimológicamente hablando, el término señalado para referirse al lado “no derecho” era “siniestro”. ¿Por qué entonces, utilizamos la palabra “izquierda”? La causa quizás se encuentre en una cuestión cultural, específicamente, en las supersticiones de los romanos, quienes al realizar sus rituales, consideraban que los presagios observados en el lado no derecho se consideraban una indicación de desgracia, un símbolo de mala suerte. Ese significado se fue ampliando y adoptó un matiz cada vez más negativo, hasta llegar a identificarse con ‘malintencionado, funesto, aciago, infeliz’, a tal punto de que la sola mención de la palabra “siniestro” causaba terror, es decir, se convirtió en una palabra tabú (una palabra considerada de mal gusto por referirse a una realidad que se intentaba evadir), con esta consideración, “siniestra” fue sustituida por un eufemismo o término encargado de camuflar la realidad evadida, razón por la cual se cree que se tomó, del idioma vasco, el término “ezkerra” que significa “izquierda”.
Esta palabra vasca está formada, probablemente, por “esk” (mano) y la palabra céltica “kerros” (torcido), de tal manera que “ezkerra” vendría a significar “mano torcida”, “mano torpe”, lo cual sigue teniendo un carácter negativo, aunque no en grado tan intenso como “siniestro”. De esta manera, el vocablo “izquierda” se rodea de connotaciones o significados negativos, por eso a nadie le gusta “levantarse con el pie izquierdo” o andar con “dos pies izquierdos”.
Para terminar, las personas que utilizan la mano izquierda en lugar de la derecha son llamadas “zurdas”, palabra de origen prerromano relacionado con la idea de ‘grosero’, ‘torpe’. De allí que, durante mucho tiempo fueran marginadas por considerarlas “torpes”. Por su parte, los “ambidiestros” o “ambidextros” (de “ambi” ‘ambos’ y “dexter” ‘cierto’ o ‘derecho’) son las personas que manejan, con la misma habilidad, ambas manos.
En conclusión, la eterna dualidad se manifiesta en todas las palabras, de allí el carácter positivo de algunas y negativo de otras, aunque no signifique que una sea más importante que otra sino que ambas son, sobre todo, antónimos complementarios.
Con la explicación dada, subliminalmente deja mal parados a los políticos de izquierda. Me imagino que eso no haya sido la intención.
En la dualidad de palabras y conceptos, entre izquierda y derecha existe el centro y jerarquías.
En política hay movimientos como “extrema derecha” y “centro izquierda” y no sé cómo se les considera gramaticalmente, ¿”antónimos jerárquicos”?