Sigue el “frío”
Por Lady Olivares, publicado el 25 de septiembre de 2012Pese a nuestro calor piurano, en los últimos días, nuestras mañanas y noches son cada vez más frías y esto nos obliga a buscar las chompas, chalinas, medias, etc.; y es que nuestra clásica frase “qué calor” se ha vuelto “qué frío”.
Sin duda, la palabra que define mejor la estación de invierno es “frío”. Este término es un adjetivo que proviene del latín “frigidus” (‘frígido’ o ‘muy frío’) y dentro de las múltiples acepciones que registra el DRAE (Diccionario de la Real Academia Española) lo podemos definir como: ‘Dicho de un cuerpo que tiene una temperatura muy inferior a la ordinaria del ambiente’. Tiene dos superlativos válidos para expresar el grado máximo de su significado: “frigidísimo”, utilizado dentro del ámbito culto y formado a partir de la palabra latina que le da origen, y “friísimo”, mucho más frecuente en su uso y creado añadiendo el sufijo “-ísimo”.
“Friolero” y “friolento” son también adjetivos formados del término base y significan ‘muy sensible al frío’, la diferencia entre ambos estriba en que el primero es preferido por el español peninsular (España) y el segundo, es mucho más americano y común en nuestro ambiente: “¡Qué friolenta eres!”.
Por su parte, el verbo “enfriar” proviene del latín “infrigidare” que significa ‘poner o hacer que se ponga frío algo’, y puede utilizarse también como un verbo pronominal; es decir con la adición del pronombre “se” al final, con lo cual se forma “enfriarse” con el sentido de ir adquiriendo cada vez más “frío”. De este verbo deriva el participio “enfriado” que ha ido adquiriendo el sentido de “tener frío de pronto”: “me he enfriado”.
Por supuesto, el frío que experimentamos en Piura no es igual al que afecta a las zonas altas de los Andes y a la Amazonía, donde se padece un frío intenso que es conocido como “friaje”. Esta palabra proviene, según Martha Hildebrant, del portugués del Brasil “friagem” que es un sustantivo femenino que significa ‘ola de frío polar’ y que ha pasado al castellano como un sustantivo masculino, tal vez por influencia de frío que es un vocablo de ese género.
El Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci) define “friaje” como ‘un fenómeno que causa gran impacto en el medio de vida de las comunidades altoandinas (encima de los 4.000 m.s.n.m.). Es un enfriamiento fuera de lo normal, que se expresa en nevadas, granizadas y muy bajas temperaturas, más allá de los 20 grados bajo cero, afectando la vida de las personas, animales y plantas’. Por lo tanto, advierte Hildebrant, decir “ola de friaje” es una redundancia que debe evitarse pues la palabra misma incluye ya el sentido de ola de frío, dentro de su etimología.
Para terminar con este “frío” artículo solo basta decir que ortográficamente “friaje” es un sustantivo masculino escrito con “j” y no con “g” y, aunque todavía no está aceptada por la Academia, es una palabra que define muy bien el intenso frío de algunas zonas de nuestro país y que, además, goza de la aceptación popular.
Excelente artículo, gracias!