¿Medianoches o medias noches?

Por , publicado el 25 de octubre de 2012

Sustantivo y adjetivo mantienen siempre concordancia de género y número pero cuando llegan a formar una sola palabra compuesta normalmente solo el último elemento señala la variación morfológica. También ocurre cuando el adjetivo es el numeral partitivo “medio”, y así el plural de “mediodía” es “mediodías”, y lo mismo “medialuna” y “medianoche”, en plural serán “medialunas” y “medianoches”, como en este ejemplo: “Los vecinos del parque se quejaron por el ruido de las medianoches sabatinas”.

Es preferible decir en plural, pues “medianoches” en lugar de *“medias noches”. Esto se debe a que el proceso de composición ha permitido que el adjetivo (media) se una al sustantivo (noche) de tal modo que aquel pierde el acento y su independencia semántica y formal debido a la frecuencia del uso. No ocurre lo mismo con otras secuencias que constituyen locuciones todavía no unidas en un compuesto, como es el caso de “media hora”, que se escriben todavía separadamente y mantienen la concordancia plural: “La teleserie se ofrecía en diez medias horas de programación en horario estelar.” No es admitido en este caso *“diez mediahoras”.

En cambio se está consagrando un uso en plural en el caso de “medias verdades”, aunque todavía podría decirse  que “esta es solamente una media verdad”. Así, al mentiroso profesional, el que solo sabe disimular y fingir decimos que es “un experto en decir medias verdades”. Eso ya pasó con las expresiones ya antiguas: “a medias tintas”, “sin medias tintas”, que se han fosilizado en plural como locuciones hasta el punto de que las empleamos sin apercibirnos de la razón: se llamaba así la base de pintura color crema que se daba a los techos antes de poner los distintos tonos de pintura (claros u oscuros) que dibujaban la pintura al fresco.

Una expresión que ya cayó en desuso en nuestro país es el de “medias cubanas”, que así se decían a las medias cortas que llegan solo hasta el tobillo. Estas admitían naturalmente el singular: “una media cubana”, aunque por lo mismo que tenemos dos pies solían decirse siempre en plural. De paso que decimos “medias” como acortamiento de “medias calzas”, prenda de vestir que se difundió en el siglo XVII y tenía de largo la mitad de una calza entera (de ahí viene también “calzón”, vocablo castellano que ahora compite con “trusa”, que es un anglicismo reciente).

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