“Cortocircuito” de palabras
Por Castellano Actual, publicado el 20 de febrero de 2012Hace algún tiempo me contaron que un día, en el preciso instante en que un médico le ponía el *esparatrapo a un herido, se produjo un *cortacircuito en el hospital. Y como el médico tenía *adversión a la oscuridad, salió despavorido y abandonó a su paciente, quien finalmente murió desangrado. El herido era un *vagamundo que llevaba consigo un pequeño *pecunio, fruto de las limosnas que recogió cuando hizo las veces de mendigo. Antes de morir, el pobre hombre pidió que al menos le hicieran una misa *corpore in sepulcro.
Si la historia es real o no, no lo sé. Lo cierto es que aquí se ha producido un “cortocircuito” de palabras, es decir, una descarga de innovaciones lingüísticas que algunos hablantes procuran cuando intentan descubrir el sentido de una palabra estableciendo una asociación de significado con otras de gran parecido fonético. Estas innovaciones, que traen consigo errores de pronunciación y vulgarismos, están incluidas dentro de lo que se conoce como etimología popular.
Un cortocircuito se origina por el contacto accidental entre dos conductores eléctricos. Es errónea, por tanto, la forma *cortacircuito, que se usa a veces por confusión con cortacircuitos (‘aparato que interrumpe –que corta– automáticamente la corriente eléctrica’). Hablamos, pues, del cortacircuitos térmico o fusible y de los cortacircuitos mecánicos, provistos de un botón que se desconecta cuando se genera un cortocircuito. Así, el médico de nuestra historia salió corriendo porque ante el cortocircuito se activaron los cortacircuitos del hospital.
El término esparadrapo (del latín sparadrāpum) se expresa muchas veces como *esparatrapo porque se asocia con la palabra trapo. El uso de *adversión se debe a la posible asociación con adverso, ‘contrario o desfavorable’: Se trata de una situación adversa; sin embargo, el sustantivo *adversión es una variante antigua, y hoy desaconsejada, de aversión, ‘rechazo o repugnancia’: Ella tiene aversión a los gatos. Según el Diccionario Panhispánico de Dudas (2005), probablemente, *adversión se cruza con su sinónimo animadversión, ‘enemistad, ojeriza, crítica’: No tengas animadversión a nada ni a nadie.
En la actualidad, la palabra vagabundo/-a es falsamente interpretada como ‘el que vaga por el mundo’; es así como aparece *vagamundo, término que debe evitarse en la lengua culta, pues se trata de una deformación propia del habla popular.
Por influjo del adjetivo pecuniario –que significa ‘de dinero’, del latín pecuniarius, derivado de pecunia ‘dinero o moneda’–, se usa a veces la forma incorrecta *pecunio en lugar de peculio (sustantivo masculino –del latín peculium– que significa ‘caudal o bienes que posee una persona’: “Isaías cuenta con un gran peculio”).
De hecho, si somos precavidos como nuestro amigo vagabundo que supo hacerse de su peculio, podremos tener la suerte de que nuestros parientes nos hagan una misa corpore insepulto (‘con el cuerpo sin sepultar’ o de cuerpo presente) y no *corpore in sepulcro, lo cual sería más difícil, como comprenderá.
No puedo dejar de reír, disculpen, pero este artículo me causó muchísima gracia porque me recordó a una persona conocida que en lugar de decir “caterpillar” -que es como la mayoría de personas conoce a la maquinaria pesada, llámese cargadores frontales, retroexcavadoras, etc. sin tomar en cuenta o ignorando que se trata mas bien de la marca que poseen estos enormes vehículos de trabajo industrial- muy suelta de huesos decía: “mira, ahí viene el tragapilas…”
En lo personal, me molesta y no puedo evitar la risa espontánea cuando escucho este tipo de frases, aunque parezca contradictorio; pero una conversación de esta naturaleza, linda con lo cómico y lo absurdo, no puedo dejar de sentir pena e impotencia al ver y escuchar cómo se agrede la lexicografía de nuestra lengua.
Por otro lado, con la explicación que nos entregan respecto al origen del mal uso de algunos vocablos, se podría entender hasta cierto punto el por qué algunas personas confunden los términos cuando hablan o escriben; sin embargo, eso no lo justifica.
VAGAMUNDO YA ESTÁ EN EL DICCIONARIO .
Cortocircuito ( el contacto directo de dos conductores con corriente eléctrica) es una palabra que no debería existir de esa manera. Se originó por una traducción equívoca del inglés “short circuit”. Sería más correcto el término “circuito corto” (o “circuitocorto”, si se prefiere una sola palabra) pues en nuestro idioma, a diferencia del inglés, es mas común colocar el adjetivo después y no antes del sustantivo. Y es que técnicamente eso es: un circuito corto, porque la corriente encuentra un camino mejor (con menos, o sin resistencia) y más corto (en cuanto a resistencia eléctrica se refiere, no a la distancia) para circular, atendiendo al principio físico del menor esfuerzo. Soy ingeniero en Electrónica y profesor de Electricidad en carreras de ingeniería y cualquier otro colega podrá confirmarles lo que aquí afirmo con conocimiento de causa. Un saludo desde México.