A otro perro con ese hueso
Por Carola Tueros, publicado el 27 de noviembre de 2024Es un refrán muy utilizado por escritores, actores, cantantes, periodistas… y por nosotros mismos en la vida cotidiana, razón por la que le dedicaremos unas líneas.
Un refrán, como se recoge en el Diccionario de la lengua española (2014, v. 23.7), es un ‘dicho agudo y sentencioso de uso común’. En la misma línea, la paremióloga o especialista en refranes, Julia Sevilla (2002) lo define como un enunciado sentencioso que destaca por ser breve, popular, repetitivo, de temática general y que regularmente posee una estructura bimembre, así como elementos mnemotécnicos para facilitar su memorización.
Agregamos también como otra característica la sencillez de su léxico, más aún, por su empleo en el registro coloquial. A menudo, es metafórico y otras veces hasta jocoso. Así tenemos que A otro perro con ese hueso nos da a entender que nos engañan, que no creemos lo que se nos ha dicho. Es como si dijésemos ‘A otra persona con esa farsa’. Hay una representación metafórica de aquello que se rechaza (la falsedad, la mentira) y que se conceptualiza como algo negativo, en este caso, un hueso (algo duro de roer).
Además, insta a buscar otro interlocutor como señala Pérez Salazar (2024) en su artículo titulado, precisamente, A otro perro con ese hueso: modelo fraseológico para el rechazo en la historia del español, donde menciona no solo la forma de estructura binaria, sino añade un tercer miembro: A otro perro con ese hueso, que este ya está roído. El primer miembro (A otro perro) es un complemento de lugar tematizado que expresa el destino al que se envía al interlocutor; mientras que el segundo (con ese hueso), un sintagma que indica el objeto del rechazo; el tercero (que este ya está roído), solo se da ocasionalmente y manifiesta el repudio del hueso porque ya no tiene carne.
Podemos señalar, también, que en esta paremia el perro representa ingenuidad, ya que apela a las características de fidelidad o lealtad del canino, que lo hacen crédulo; entonces, al decir «a otro perro», hace alusión que a otra persona más ingenua se la podrá encandilar, pero ya no a quien lo dice. Una variante correlativa es A otro burro con esa albarda ‘A otra persona con esa carga’.
Remontándonos al primer párrafo, esta frase proverbial ha sido empleada por escritores clásicos como Miguel de Cervantes Saavedra en su obra Don Quijote de la Mancha (I.32) « —¡A otro perro con ese hueso! —respondió el ventero— »; actores contemporáneos como Jorge Aravena en su papel protagónico de Manuel en la novela peruana Pituca sin lucas al discutir con su coprotagonista (2024) «Techi: Ya le dije que le voy a pagar mañana / Manuel: ¡Ay, sí! ¡Cómo no, por favor! A otro perro con ese hueso»; cantantes internacionales como la colombiana Shakira en Tortura (2005) «Solo de errores se aprende / Y hoy sé que es tuyo mi corazón / Mejor te guardas todo eso / A otro perro con ese hueso / Y nos decimos adiós ...». Dicho sea de paso, en esta misma melodía aparece otro refrán, pero de origen bíblico: No solo de pan vive el hombre.
Cabe indicar que esta unidad fraseológica puede aparecer por sí sola como titular de una columna —A otro perro con ese hueso (García Miró, L. Expreso [Pe.] 29.04.2024)— o como parte de un enunciado mayor —Señor Laporta, por favor, a otro perro con ese hueso (Pérez, E. El Periódico [Esp.], 23.04.2024). Incluso dicho frasema, asimismo, se ha empleado con su significado objetivo de no darle huesos a los perros —A otro perro con ese hueso: evitemos darles las sobras de pavo (Yrigoyen, L. El Comercio [Pe.], 08.12.2019)—. Claro está que en este último ejemplo no tiene un significado connotativo-pragmático, sino literal porque trata sobre el cuidado que se debe tener con respecto a la ingesta de huesos en los caninos.
Entendiendo que el refrán conlleva, muchas veces, una sentencia moral, empleémoslo para llamar la atencion en el interlocutor de lo que se debe o no hacer. Si nos mienten, por qué no decir enérgicamente y hasta de manera salerosa A otro perro con ese hueso; pues fieles con la verdad, no hay que dejarse embaucar.