Año nuevo amarillo 

Por , publicado el 27 de diciembre de 2023

Miles de años atrás, en una caverna al norte de Australia, nuestros ancestros elaboraron lo que hoy se considera la primera pintura rupestre a base de ocre amarillo y carbón de madera. Cincuenta mil años después, en Perú, el amarillo es el preferido de los amantes de las cábalas (‘rituales para la buena suerte’) para recibir un nuevo año. Un paseo rápido por las calles peruanas lo confirma: los negocios ofrecen ropa, sombreros, lentes, accesorios y todo tipo de artículos de este color.  

El Diccionario de la lengua española (versión 23.7 en línea) define amarillo como ‘dicho de un color: Semejante al del oro o al de la yema de huevo, y que ocupa el tercer lugar en el espectro luminoso’. Esta palabra, que puede usarse como sustantivo o adjetivo, viene del bajo latín hispánico amarellus, y este, a su vez, del diminutivo del latín amārus ‘amargo’. 

Pero ¿qué simboliza el amarillo? Hagamos un breve recorrido pragmático.  

Su relación con el Sol. Un hecho común es que, en sus dibujos, los niños siempre pintan el sol de amarillo. ¿Es en realidad de este color? José Manuel Vaquero, en su artículo “¿El sol es amarillo?” (2016), explica que, al amanecer y al atardecer, la luz de esta estrella penetra la atmósfera tangencialmente causando que algunas frecuencias (colores) destaquen más que otras: “Por ello, vemos el sol de colores amarillo, anaranjado o, incluso, rojos en los atardeceres y amaneceres”.   

Por su parte, Anne Varichon, en su libro Colores (2018, p. 54) explica que el amarillo fue uno de los colores predilectos de la cultura egipcia: “el amarillo evoca, quizá más que en ningún otra parte, al astro solar, vehículo indispensable para el renacimiento, y el oro, carne imputrescible de la que están hechos los dioses”.  

Parece lógico entonces que el amarillo evoque el Sol y que, hasta la actualidad, esta estrella evoque, a su vez, divinidad, renacer, esplendor, amanecer, vitalidad y poder, entre otros significados.  

El amarillo y la felicidad. Un claro referente de esta relación es la famosa “carita feliz 😊”, el ícono creado por Harvey Ball en 1963, que, desde su origen hasta su salto a la fama (y hasta hoy) es de color amarillo. En la India, el amarillo es el color de la felicidad por el casamiento. Según Varichon (2018), se usa pigmento amarillo extraído de la cúrcuma con el que se unta la piel de los novios, además, se echa polvo extraído de la misma planta sobre las invitaciones, los regalos y los manjares de la boda.  

El amarillo y la inteligencia emocional. En Seis sombreros para pensar, best seller de Edward de Bono, el autor habla del sombrero amarillo, que es, en esencia, el optimismo, el valor de las ideas y de las decisiones, el beneficio potencial, la esperanza, la corrección de los errores, la creatividad del pensamiento, entre otros aspectos valiosos.  

El amarillo y el fuego (o las chispas de felicidad). El paso de la Nochevieja al brindis por Año Nuevo está tradicionalmente marcado por los fuegos artificiales: cohetecillos, candelillas, silbadores, sonajeros…. Si bien, actualmente, son de distintos colores, siempre destaca el amarillo, precisamente, el color predominante del fuego.  

Aunque no haya una relación universal entre el amarillo y los significados mencionados, convencionalmente, es un color cargado de connotaciones positivas, por lo que tiene mucho sentido que lo usemos para recibir el nuevo año llenos de optimismo y de esperanza. Que así sea: que el amarillo nos dé la mejor de las suertes en el próximo 2024. 

 

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