Apuntes sobre la (des)cortesía verbal (parte II)

Por , publicado el 6 de enero de 2020

Aunque nos parezca que no es así, la comunicación parte de un acuerdo previo de los hablantes, es decir, de una lógica de la conversación que permite pasar del significado de las palabras al significado de los hablantes (Reyes, El abecé de la pragmática,1995). Dada la noción de contrato conversacional, podemos decir que una locución es cortés en el sentido de que, a juicio del oyente, el hablante no ha violado los derechos u obligaciones vigentes (Fraser, “Conversational mitigation”, en Journal of Pragmatics,1980).

Sobre la conversación espontánea son diversos los aportes de los expertos en cuanto a caracterizar su funcionamiento. Uno de los primeros fue Lakoff (1973), quien estableció dos reglas: sea claro y sea cortés. La primera regla sintetiza una de las máximas de Grice, a saber: “Haga su contribución tan informativa como se requiera para los propósitos del intercambio” (1975, Logic and Conversation, p. 45). Mientras que la segunda tiene que ver con las relaciones interpersonales y se aplica en una situación determinada según el tipo de relación existente entre los interlocutores mediante otras tres reglas: no se imponga, ofrezca opciones y refuerce los lazos de familiaridad. Ahora bien, a menudo se crean conflictos entre la cooperación y la cortesía, ya que persiguen objetivos diferentes. El principio de cooperación prioriza la información mientras que la cortesía se sostiene en la necesidad de mantener buenas relaciones sociales.

Por su parte, Leech (Principles of Pragmatics,1983) presenta un punto de vista diferente. Para este autor, la cortesía lingüística es un principio regulador de la conducta verbal que está a medio camino entre la distancia social y la intención del emisor. Así, una acción verbal será más cortés cuanto mayor sea el beneficio del destinatario y menor su costo, y más descortés si sucede lo contrario. En términos de costo y beneficio, las acciones verbales pueden clasificarse así: las que apoyan la cortesía (halagar, felicitar, agradecer); las que son indiferentes a la cortesía (exponer); las que entran en conflicto con la cortesía (pedir, quejarse); las que van en contra del mantenimiento de la relación (insultar, reprochar, burlarse).

Como ya hemos avanzado en una publicación anterior de Castellano Actual, toda persona tiene una imagen positiva o la necesidad de ser apreciado, y una imagen negativa o la necesidad de no ser molestado. La cortesía verbal positiva es valorizante y se vale actos de intensificación de los actos de refuerzo de la imagen positiva. En cambio, la cortesía verbal negativa es mitigadora y se vale de estrategias para atenuar los actos de amenaza (Brown y Levinson, Politeness. Some Universals in Language Use,1987). Esto puede verse claramente cuando rechazamos una invitación. En este caso empleamos estrategias para maximizar la imagen positiva de quien nos ha invitado con fórmulas como eres muy amable; o mitigamos la amenaza justificando o excusándonos de nuestra acción mediante una frase como tengo mucho trabajo. Por otra parte, estos autores señalan que las relaciones entre los interlocutores están marcadas por dos aspectos, a saber: la distancia y el poder. De manera que al estudiar las relaciones sociales y determinar cuáles se repiten, es posible sistematizar qué tipo de relaciones prevalecen en cada sociedad.

Por último, queremos presentar una serie de recursos de cortesía verbal que hemos tomado de un interesante artículo de Níkleva (2010, “Consideraciones pragmáticas sobre la cortesía y su tratamiento en la enseñanza del español como L1”): 1. Los modalizadores y las expresiones lexicalizadas: por favor, gracias. 2. Las expresiones atenuantes: si no le importa, si me permite, en mi humilde opinión. 3. El uso de tiempos verbales atenuadores: me gustaría que… o utilizar la forma interrogativa ¿puedes traerme…? 4. El uso de oraciones impersonales: Se dice que… 5. El uso de pronombres personales: preferencia de la forma de usted sobre la forma de . 6. La repetición léxica de la opinión ya expresada por nuestro interlocutor. 7. Los diminutivos: Espera un minutito. 8. El plural de modestia: Nos parece conveniente… 9. Los eufemismos: tercer mundo por países pobres.

La motivación por abordar la cortesía comunicativa o lingüística en Castellano Actual se debe a que valoramos el enfoque situacional del estudio de la lengua, ese que toma en cuenta las variables del contexto, y no solo el que se centra elementos gramaticales y léxicos. Estamos de acuerdo con que el proceso de socialización lingüística debe comenzar desde los primeros años de vida y realizarse de manera sistemática en la escuela porque es indispensable la adaptación del ser humano a la sociedad multicultural en la que va a vivir.

Isabel Martins

3 comentarios

  • Anónimo dice:

    De las nueve “consideraciones pragmáticas sobre la cortesía y su tratamiento en la enseñanza del español”, ¿cuál me sirve para decir que ensayos literarios, como el de hoy, no los leen y si lo hacen no lo entienden quienes preguntan si “venido” se acompaña con ” a o con ha” o “si es legaña o lagaña”, entre otras dudas.

  • Anònim dice:

    Vaya… Parece que hay anónimos que no entienden de cortesía para quien duda (que al menos sabe que no sabe) ni de cierre de signos de interrogación o contrición de preguntas kilométricas que, ante el ansía de afirmar una crítica, al terminalas pareciera que ya se olvidó que lo eran. Si me permite decirlo, y solo en mi humilde opinión. 😉

  • Anònim dice:

    Disculpas, construcción quería decir, no contrición. ,?

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