¿Edificios icónicos?

Por , publicado el 13 de enero de 2014

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Hace unos pocos años que el periodista Diego Otero comentaba una exposición fotográfica en la que se mostraba la gran transformación de Lima, en la que especialmente los cines habían dejado de ser aquellos “edificios llamativos, icónicos”, mientras hoy en día quedan ocultos ya al interior de los grandes centros comerciales (objeto de nuestra admiración). El diccionario no recoge esa reciente acepción de “icónico”, sino la significación primaria de adjetivo derivado de “icono”, un término griego clásico que significaba ‘imagen’ y que por antonomasia designa las maravillosas representaciones religiosas del cristianismo ortodoxo.

La semiótica (o semiología), como ciencia de los signos, adoptó el término y el derivado empezó a emplearse con profusión para todo lo relativo a la cultura icónica: signos, mensajes y panoramas icónicos de este mundo icónico que amenaza a la cultura escrita y nos retrotrae al Románico. Icónico es todo lo relacionado con la imagen. Y todo lo icónico es ahora excelso. En Estados Unidos muy pronto el adjetivo adquirió un significado nuevo, por extensión metafórica: lo visible suele ser representativo o relevante, y así el adjetivo pasó a adquirir este contenido que se ha incorporado recientemente al castellano y aparece sorpresivamente en todas partes a la vez. Encontramos ahora que la música o la literatura pueden contener una “obra icónica” o una “figura icónica”. También las personas mismas pueden tener una “personalidad icónica”, y hasta el Che Guevara parece ser “un guerrillero icónico” así como los Sex Pistols se convierten en “una icónica banda de punk británica”. En fin, que “icónico” sirve para ensalzar cualquier cosa, por hipálage, incluidas las invisibles.

Cargada de prestigio y expresividad, aparece como una palabra irresistiblemente pretenciosa aun con todo el matiz de pedantería que manifiesta un préstamo flagrante y tal vez superfluo. No sabemos si se incorporará plenamente al idioma o quedará como una frase de moda pasajera. Equivalentes en castellano no le faltan. Yo trataba de corregir a mis estudiantes que la traducción de “iconic experiences” no podía ser “experiencias icónicas”, sino que resultaba más apropiado decir “representativas”, “relevantes”, “insuperables” o “extraordinarias”, pero tal vez debamos claudicar y permitir que se diga “icónico” para todo lo que llame la atención, si así lo desean los propios hablantes. No será la primera vez que un término tomado de la prestigiosa terminología científica es adoptado por la lengua común. Y no debe extrañarnos que el vocabulario del siglo XXI se presente así marcado nuevamente por la cultura de la imagen.

Carlos Arrizabalaga
Universidad de Piura

Foto: JuanesL893145 (CC BY-SA 3.0)

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