El año de las re-
Por Shirley Cortez González, publicado el 15 de enero de 2018A propósito de ser este 2018, para los peruanos, el año de la reconciliación, se puede hablar del prefijo re- y de algunas palabras formadas con él que coparon titulares periodísticos el año pasado y aún siguen este año. Así, además de la reconciliación, buscada a través de un indulto y de un nuevo gabinete ministerial, hay quienes hablan, más bien, de un reacomodo de ministros; y con todo el terremoto político que esto generó, otros exigen la reestructuración de sus partidos o relanzan el pedido de vacancia presidencial.
De otro lado, las palabras reconstrucción y rehabilitación, que incrementaron su uso por los desastres ocasionados por las lluvias y huaicos del año pasado, siguen estando en boca de muchos (sobre todo porque a casi un año de ello ni una ni otra se han concluido) y, sin duda, serán el caballito de batalla de los candidatos que tentarán o reintentarán conseguir el sillón municipal o regional. Eso sí, habrá que pensar y repensar a quiénes se elige de autoridades, que si no, estaremos fritos, refritos. Pero no todo fue negativo el 2017. La selección peruana de fútbol, gracias a la repesca o repechaje, (partido en que se trató de evitar la reventa de entradas al estadio), logró clasificar y estará en Rusia. Y mientras unos saldrán del país a dejar todo en la cancha, para otros se reclama la repatriación, aunque sea a través de un pedido de extradición.
Como se aprecia, el prefijo re- aporta distintos matices a las palabras a las que se une. En concreto, y siguiendo lo que señala la Nueva gramática de la lengua española (2009: 10.2g), el prefijo re- puede indicar reiteración o repetición (reacomodo), intensidad (refritos), oposición o negación (rebatir) y posición trasera (recámara). Además, puede ir unido a distintas bases: a verbos (reinsertar), sustantivos (reelección), adjetivos (relindo) y a algunos adverbios (rebién).
Con su valor iterativo, el prefijo re- se aproxima a las expresiones adverbiales de nuevo, otra vez, nuevamente. Por ejemplo, al hablar de la reconstrucción y de la rehabilitación se podría decir también que se tendrá a construir o habilitar de nuevo algo, lo que, a su vez, podría ser interpretado de dos formas (no necesariamente excluyentes): como la repetición de una acción precedente (ya se había construido y hay que volver a hacerlo) o como la restitución de un estado previo (dejar todo como estaba antes: construido y habilitado).
Con valor intensificador, el prefijo re- forma parte del grupo de rete-, requete-, super-, archi-, usados en el ámbito coloquial, sobre todo. El prefijo se une a adjetivos (El cebiche estuvo repicante); a algunos adverbios (La casa está relejos del mar) y también se combina con verbos (rebuscar [‘buscar con esmero’], recocinar [‘cocinar en exceso’], rematar (‘dejar bien muerto’, con valor no solo intensificador sino terminativo]). Se registra, asimismo, en el habla juvenil coloquial de algunas zonas americanas (la rioplatense sobre todo) el uso de formas como requerer, renecesitar, reamar con pleno afán de intensificar la acción de una manera más económica, prescindiendo de otros recursos (un montón, mucho, hasta el infinito…). En Te requiero (¿de ‘requerir’ o de ‘querer mucho’?), por ejemplo, la ambigüedad se resuelve, en el plano oral, gracias al acento enfático que marca el hablante sobre el prefijo (Te requiero).
Ya que los prefijos no son unidades autónomas, deben escribirse unidas a la base que preceden siempre que esta esté formada por una sola palabra; si la base está compuesta por dos o más, se escribe separado y sin guion. No obstante, se usará guion entre el prefijo y la base si esta es una sigla o un nombre propio (para evitar mezclar minúscula y mayúscula). El uso del guion para separar el prefijo de la base se justifica, además, si con él se pretende poner de relieve el valor semántico que aporta el prefijo o sin con ello se evita alguna ambigüedad.
Por último, si el prefijo re– se une a una palabra que empieza con la vocal e, se pueden generar dos situaciones: que se mantenga la vocal duplicada o que se simplifique y quede una sola. Se mantendrá la e duplicada, según indica la Ortografía (2010: 165), si con ello se evita la confusión con otra palabra ya existente y de distinto significado, como en reemitir (‘volver a emitir’)/ remitir (‘enviar’). Del mismo modo se seguirá esta norma si la vocal con que empieza la palabra base es también un prefijo, como en reencaucharse (‘hacerse cirugías estéticas’). Se preferirá, en cambio, la simplificación gráfica cuando, incluso en la pronunciación cuidada y en registros formales, se tienda a la pronunciación de una sola vocal; de esta forma, serán correctas las formas relegir/reelegir, rencontrar/reencontrar. Por ser la tendencia histórica del español, la recomendación académica en este punto se decanta por la simplificación siempre que se salvaguarde, además de lo dicho antes, el reconocimiento de las formas unidas con el prefijo re-.
Shirley Yanuaria Cortez González